Imitación de Cristo - Tomás de Kempis, capítulo IV
(Todos los días se irán agregando uno o dos capítulos, para que la lectura pueda ser meditada despacio y con atención)
De la prudencia en el obrar
1. No se debe creer a la ligera, sino después de ponderadas bien todas las cosas con prudencia y cordura según Dios. Desgraciadamente con más facilidad se cree y habla del mal que del bien del prójimo, tan frágiles somos! Por el contrario, los hombres perfectos no creen fácilmente cualquier cosa que otro les cuenta, porque saben que la condición humana está inclinada al mal y es muy propensa a la murmuración.
2. Muy sabio es aquel que no es inconsiderado en su obrar, ni se adhiere con pertinacia a su propio criterio. De sabios es también no creer a cualquiera, ni correr enseguida a contar a otros lo que se ha oído o creído. Aconséjate siempre con el hombre sabio y timorato (Tob 6, 19) y prefiere ser instruído por otro a seguir tu propio modo de ver. Una vida recta hace al hombre sabio según Dios y experto en muchas cosas. Porque cuanto mas uno se humillare y sujetare a Dios, tanto más sabio y prudente será en todas las cosas.
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