la-oracion.com By Mariana Acedo Nos hemos reunido en torno a este histórico monumento, hoy completamente rodeado de flores, signo del amor y de la devoción del pueblo romano por la Madre de Jesús. Y el don más hermoso que le ofrecemos, el que más le agrada, es nuestra oración, la que llevamos en el corazón y que encomendamos a su intercesión. Son invocaciones de agradecimiento y de súplica: agradecimiento por el don de la fe y por todo el bien que diariamente recibimos de Dios; y súplica por las diferentes necesidades, por la familia, la salud, el trabajo, por todas las dificultades que la vida nos lleva a encontrar. Pero cuando venimos aquí, especialmente en esta fiesta del 8 de diciembre, es mucho más importante lo que recibimos de María, respecto a lo que le ofrecemos. Ella, en efecto, nos da un mensaje destinado a cada uno de nosotros, a la ciudad de Roma y a todo el mundo. También yo, que soy el Obispo de esta ciudad, vengo para ...