webcatolicodejavier.org Corazón amantísimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa de la ingratitud, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser. Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro. Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía María. Dispón de mí y de mis cosas, Señor, según el beneplácito de tu Corazón. Amén. P. León Dehón 11.-EL RESPETO HUMANO A Jesús no le valen las medias tintas, las almas insípidas. Él quiere cristianos solo de una pieza; tiene el corazón abierto para todos, también pa