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Mostrando entradas de diciembre 24, 2017

Comentario 30 de Diciembre del 2017: “El rumbo de la vida”

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Autor: Padre Manuel de  Jesús de los Santos Fuente: Misioneros Servidores de la Palabra, Parroquia Santa Marìa de los  Ángeles Al detenernos un momento a contemplar el momento presente, nos damos cuenta de que estamos a unas cuantas horas de terminar ya, un año más, que mañana es el último día del año y al mirar atrás, nos percatamos de que el tiempo se pasó volando, rapidísimo; más aún, nos percatamos de que la vida es así, poco a poco se nos va, se nos escapa como arena entre los dedos. Y es que, nadie es eterno en este mundo, todo pasa, nosotros también pasamos. San Pablo, en una de sus cartas, describe la vida como una sombra que ahora está pero mañana ya no, como una flor que por la mañana está en su plenitud, pero que por la tarde se marchita, se seca y vuelve al piso. Al considerar que la vida de todo hombre es breve y fugaz, ¿dónde estuve en todo este tiempo? ¿Qué hice con “mi vida”? ¿En qué gasté mis fuerzas? ¿Quién soy ahora? ¿Soy mejor o peor, amé u odie, viví amando

El encuentro de Ana con el niño Jesús

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Santo Evangelio según San Lucas 2, 36-40. Día Sexto de la Octava de Navidad. Por: H. Rogelio Suárez, L.C. | Fuente: missionkits.org  En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino! Oración preparatoria  (para ponerme en presencia de Dios) Señor Jesús, aumenta mi fe, para creer con sentimientos vivísimos, que Tú te has quedado realmente en el sacramento de la eucaristía para saberme amado por Ti, y que en este preciso momento estás aquí conmigo, me estás acompañando, estás a mi lado y quieres compartir este momento de oración junto a mí. Señor, aumenta mi esperanza para saberme acompañado por tu gran misericordia y que, algún día, yo llegaré a ese cielo que Tú me prometiste; pero ayúdame a esperar con fidelidad, pues Tú sabes de qué estoy hecho y sabes que te puedo fallar, mas dame la fuerza necesaria para no hacerlo. Señor, aumenta mi caridad, primero para amarte a Ti por encima de todo, de mis vanidades, de mi orgullo, de m

Comentario 29 de Diciembre del 2017: ¿Quién es el mentiroso?

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Autor: Padre Manuel de  Jesús de los Santos Fuente: Misioneros Servidores de la Palabra, Parroquia Santa Marìa de los  Ángeles   El evangelio de hoy nos relata cómo José y María llevaron a Jesús a presentar al templo para cumplir con la antigua ley de Moisés: “Todo primer hijo varón será consagrado al Señor”. Notamos que a pesar de que se trata de los padres del Hijo de Dios no se quedaron exentos de llevar a su cumplimiento esta ley, ellos consideraron que sólo cumpliendo la voluntad de Dios podían seguir contemplando la grandeza del Señor y llevar adelante su proyecto de salvación. Y es que la ley no es ningún impedimento para acercarse o servirle al Señor, al contrario, cumplirla, es garantía de estar preparado para recibir la bendición de Dios. Por ello, debe llevarse a cabo con un espíritu de libertad y de verdadero amor. No faltan por ahí quienes van por la vida pregonando que la Iglesia o el templo (casa de Dios) es un conjunto de normas o reglas demasiado pesadas y

Confiemos.

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  Confiemos en Dios. Confiemos en la Virgen. Porque si confiamos en Dios, Él hará maravillas por nosotros y por quienes amamos. Dios es todopoderoso, pero con nuestra poca confianza en Él, es como que le atamos las manos y así no puede hacer prácticamente nada por nosotros y por nuestras cosas. ¡Cuánto aprecia y valora el Señor, nuestra fe y confianza en Él! Dios puede hacer cualquier cosa, porque como bien le dijo el Arcángel San Gabriel a la Santísima Virgen en la Anunciación: “Para Dios no hay nada imposible”. Entonces debemos tener siempre esto bien presente, esta verdad de que Dios todo lo puede. Pero para actuar en nuestras vidas, en las vidas de aquellos que amamos, y en el mundo entero, necesita de nuestra confianza. Si confiamos en Dios entonces ya tenemos todo solucionado, porque en la medida de nuestra confianza, serán las gracias y favores celestiales que recibiremos. Pero también veamos las cosas con la óptica de Dios, y no rechacemos las cruces que Dios

Retrato de un hombre que acaba de morir

Polvo eres y en polvo te convertirás Gn. 3, 19 Considera que tierra eres y en tierra te has de convertir. Día llegará en que será necesario morir y pudrirse en una fosa, donde estarás cubierto de gusanos (Sal. 14, 11). A todos, nobles o plebeyos, príncipes o vasallos, ha de tocar la misma suerte. Apenas, con el último suspiro, salga el alma del cuerpo, pasará a la eternidad, y el cuerpo, luego, se reducirá a polvo (Sal. 103, 29). Imagínate en presencia de una persona que acaba de expirar. Mira aquél cadáver, tendido aún en su lecho mortuorio; la cabeza inclinada sobre el pecho; esparcido el cabello, todavía bañado con el sudor de la muerte; hundidos los ojos; desencajadas las mejillas; el rostro de color de ceniza; los labios y la lengua de color de plomo; yerto y pesado el cuerpo... ¡Tiembla y palidece quien lo ve!... ¡Cuántos, sólo por haber contemplado a un pariente o amigo muerto, han mudado de vida y abandonado el mundo! Pero todavía inspira el cadáver horror más intenso cuan

MEDALLA DE SAN BENITO

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La medalla de San Benito, propagada en todo el mundo hace más de 300 años, especialmente por los monjes benedictinos, es célebre por su eficacia extraordinaria en el combate contra el demonio y sus manifestaciones; en la defensa contra maleficios de todo género, contra enfermedades, especialmente las contagiosas, contra picaduras de serpientes y otros animales ponzoñosos; en la protección de animales domésticos, vehículos, etc. Repetidas veces aprobada y alabada por los Papas, la medalla de San Benito, que une a la fuerza exorcizante de la Santa Cruz del Redentor –la señal de nuestra salvación– el recuerdo de los méritos alcanzados por la santidad eximia del gran Patriarca San Benito, es sin duda muy indicada para los fieles católicos.  LA IMAGEN DE LA CRUZ REPRESENTADA EN LA MEDALLA  Basta al cristiano considerar brevemente la virtud soberana de la Cruz de Jesucristo, para comprender la dignidad de una medalla en la cual está representada. La representación de la Cruz

Tomás Becket, Santo

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Tomás Becket, Santo Memoria Litúrgica, 29 de diciembre Por: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net  Obispo y mártir Martirologio Romano:  Santo Tomas Becket, obispo y mártir, que, por defender la justicia y la Iglesia, fue obligado a desterrarse de la sede Canterbury y de la misma Inglaterra, volviendo al cabo de seis años a su patria, donde padeció mucho hasta que fue asesinado en la catedral por los esbirros del rey Enrique II, emigrando a Cristo († 1170). Etimológicamente:  Tomás = gemelo, mellizo; viene del arameo. Breve Biografía Una de las más adivinadas elecciones del gran soberano inglés, Enrique II, fue la de su canciller en la persona de Tomás Becket. Había nacido en Londres en 1118 de padre normando, y fue ordenado archidiácono y colaborador del arzobispo de Cantorbery, Teobaldo. Como canciller del reino, Tomás se sentía perfectamente a sus anchas: tenía ambición, audacia, belleza y un destacado gusto por la magnificencia. Cuando era necesario sabía ser

El carisma de una familia religiosa

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Homilía del Papa en la XIX Jornada de la Vida Consagrada, en la Fiesta de la Presentación del Señor. 2-2-2015 Por: Papa Francisco | Fuente: es.radiovaticana.va  Pongamos ante los ojos de la mente el icono de María Madre que va con el Niño Jesús en brazos. Lo lleva al Templo, lo lleva al pueblo, lo lleva a encontrarse con su pueblo. Los brazos de su Madre son como la “escalera” por la que el Hijo de Dios baja hasta nosotros, la escalera de la condescendencia de Dios. Lo hemos oído en la primera Lectura, tomada de la Carta a los Hebreos: Cristo «tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel» (2,17). Es el doble camino de Jesús: bajó, se hizo uno de nosotros, para subirnos con Él al Padre, haciéndonos semejantes a Él. Podemos contemplar en nuestro corazón este movimiento imaginando la escena del Evangelio: María que entra en el templo con el Niño en brazos. La Virgen es la que va caminando, pero su Hijo va delante de ella. Ella lo lleva, pero