Yo quiero misericordia y no sacrificios
Parroquia Santa María de los Ángeles Padre Manuel de Jesús Dios respeta en su integridad al hombre, y cuando llama a un alma a su servicio, en su solemne poder, ni la violenta ni la atosiga, sino que con paciencia y amor, la deja casi andar a la deriva o al vaivén de las circunstancias. No es fácil por tanto, dar una respuesta como la de Mateo: pronta, sincera, total. San Mateo era un cobrador de impuestos un pecadar ante los ojos de todo el pueblo. Sólo Jesús fue capaz de ver más allá de sus pecados y vio a un hombre. Un hombre que podía hacer mucho por el Reino de los Cielos. Y le llamó con todo el amor y misericordia de su corazón para ser uno de sus apóstoles de sus íntimos. Todos hemos recibido la vocación a la vida critiana. Dios nos ha creado para prestarle un servicio concreto, cada uno de nosotros. Tenemos una misión, como eslabones de una cadena. Decía el cardenal Newman: " No me ha credo para nada. Haré bien el trabajo, seré un ángel de la paz,