Los milagros no hacen la fe, la Fe hace los milgaros
Tener fe es la acción que nos lleva a esperar en fidelidad a DIOS aunque todo sea contrario, porque no es tu emoción sino tu convicción. Cuando Dios mandó a Josué a que el pueblo marchara siete días para que cayeran los muros de Jericó, no fue el marchar lo que ocasionó el milagro, sino la perseverancia, la obediencia, la convicción de confiar en DIOS porque El lo había dicho así y así iba a ser. Naaman el general sirio que fue animado por una sierva israelí a buscar al profeta Eliseo para que sanara de su lepra, fue y esperaba ser sanado con que solo Eliseo invocara a Dios pero no fue así, le dijo que siete veces se lavara en el Jordán, y eso le molestó y se fue, pero al final obedeció y sanó. Por eso, la Fe va más allá de ver un milagro en nuestra vida, la Fe que agrada a Dios es aquella que se mantiene firme en tiempos malos y buenos momentos, es la que aún en la aflicción su alma se goza porque cree al que le dijo: Nunca te dejaré ni te desampararé. Esa clase de FE e