Aleteia A veces no es suficiente con ir al psicólogo, es necesaria también una lucha espiritual “No valgo nada”, “Mi vida no tiene sentido”, “Doy asco”, “Mejor morir que vivir así”, “Soy inútil”, “Todo está mal”, “Nada va a cambiar”… A todos, quien más y quien menos, nos han tocado en algunos momentos vernos invadidos en el corazón y en la mente por palabras malas sobre nosotros mismos y sobre los demás, por pensamientos negros que, como potentes imanes, atraen miles más, uno tras otro, en un torbellino alocado que quita energías, debilita el ánimo y – lo más inquietante – nos hace estar concentrados solo en nosotros mismos. El mundo no existe, las personas alrededor pierden importancia, existo solo yo y mi malestar, yo y lo que no funciona, yo y mi ansiedad, yo y mi infelicidad. En el quinto capítulo del libro Sto benissimo soffro molto , de Maurizio Botta ( Edizioni studio domenicano ) se habla del “sentido de culpa que mata. Cuando el miedo y la ansiedad te roban l