LA ORACIÓN

Hermanos, esta semana les comparto las notas de mi conferencia sobre la oración. Se divide en 2 partes: la oración propia mente dicha, y el plan de vida. El plan de vida es la manera de coordinar eficazmente la vida de oración. Ojalá les pueda ayudar.

LA ORACIÓN

Definiciones:

San Gregorio de Nisa: “La oración es una conversación o coloquio con Dios.”

San Juan Crisóstomo: “La oración es hablar con Dios.”

San Agustín: “La oración es la conversión del alma a Dios con piadoso y humilde afecto.”

San Juan Damasceno: “La oración es la elevación del alma a Dios.” O también: “La petición a Dios de cosas convenientes.”

San Buenaventura: “Oración es el piadoso afecto del alma, dirigido a Dios.”

Santa Teresa: “Es tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.”

Ad. Tanquerey: “Elevación de nuestra al ama Dios para alabarle y pedirle gracias para ser mejores para su gloria.”

Santo Tomás de Aquino (cf. Damasceno): “La oración es la elevación del alma de Dios para alabarle y pedirle cosas convenientes a la eterna bienaventuranza.”

Construyamos nuestra definición

“Oración es la elevación de nuestra alma a Dios, para alabarlo [alabanza, adoración, acción de gracias] y pedirle cosas [petición, súplica, intercesión] en sintonía con la bienaventuranza eterna [para su gloria, por la caridad].”

Tipos de oración:

1. Pública

2. Privada

“Grados” de oración:

1. Vocal

Según Santo Tomás, la oración vocal debe tener 2 condiciones: ATENTA y con PROFUNDA PIEDAD.

2. Meditación

La meditación es la “aplicación razonada de la mente a una verdad sobrenatural para convencernos de ella y movernos a amarla y practicarla con ayuda de la gracia.” (Antonio Royo Marín, TPC, 661)

3. Contemplación adquirida

La persona procura fijarse en cierta materia para intuirla, admirarla y amarla. Es una fijación no razonada. Aquí se trata de una forma de oración simplificada, colaborada por nosotros.Adquirida significa que se puede procurar por uno mismo, como las oraciones vocales y meditaciones; no logra la experiencia cierta de tacto con Dios y sus atributos que sí logra la contemplación infusa por disposición única de Dios.

Para ensayar esta oración es conveniente que ya se medite bastante bien.

Sobre la contemplación infusa no se preocupe. No podemos hacer nada para lograr esa oración, ya que es obrada solo por Dios, y además se requiere un alto nivel de ascenso en la mística. Y aún así, no es segura que aparezca en todos los santos aunque hayan avanzado bastante.

4. Contemplación infusa

Oración propia del estado místico, aunque no aparece en todos los santos necesariamente.Infusa significa que usted no la logra, sino que Dios aparece y nos atrapa en una experiencia de sobrecogimiento y de expresión de Su amor. Es una experiencia directa de Dios que es como preludio de la visión beatífica en el cielo. (Otras definiciones en TPC, 684)

PLAN DE VIDA

El plan de vida es un régimen de oración y ejercicios espirituales, diario, semanal, mensual, y anual.

Es un modo ordenado de vivir, que señala ciertas normas que son el armazón del plan de vida: oraciones, la Santa Misa, visita al Santísimo, lectura espiritual, acciones de gracia, jaculatorias, exámenes generales y particulares de conciencia, etc.

Un plan de vida es absolutamente necesario para cualquier persona que quiera santificarse de verdad, en serio. Aquí el “yo querría cede ante el yo quiero”. El plan de vida junta la oración con la acción.

La santificación requiere disciplina, constancia, compromiso. Si no se tiene un plan de vida bien llevado (con rectitud de intención) nunca se colaborará suficientemente con la gracia, lo cual es condición terminantemente necesaria para avanzar en el proceso de perfección.

Ventajas:

1. Aprovechamos bien el tiempo.

2. Cumplimos mejor nuestras obligaciones de estado.

3. Se logra mayor constancia no vacilaciones.

4. Sobrenaturalizamos nuestras obras.

5. Damos curso (en serio) a nuestro programa de perfección cristiana.

Confección:

Tradicionalmente se esperaba que el plan de vida fuera elaborado junto al director espiritual, el cual contaba con la experiencia y conocimiento del alma en cuestión, y que contaba con la autoridad para recibir cuentas de su cumplimiento. En esos casos el plan de vida servía para que el director prolongara su acción de conocimiento y guía del alma en cuestión, mientras el dirigido avanzaba en humildad y sensibilidad espiritual.

Pero ya no hay directores espirituales como los que recuerda la rica tradición espiritual y mística de la Iglesia. Así que nos toca ahora innovar, con muchísimo cuidado, siendo fieles a esa misma tradición, con plena humildad y conocimiento de nosotros mismo; poco a poco.

¿Cómo hacerlo?

1. Que la autoridad del director espiritual tradicional sea suplida por un sacerdote u otra persona que sepa mucho de estas cosas y les interesen, y pueda asesorar, proponer, guiar en el proceso de confección. Y luego se puede ir consultando y pidiéndole consejos para mejorar.

También se puede contar con un buen manual que nos den orientación, y obras que nos inspiren, como “Introducción a la vida devota”, de San Francisco de Sales, y la “Imitación de Cristo”, de Tomás de Kempis.

2. En el caso de los seglares el plan de vida debe cumplirse, por supuesto, pero debe ser flexible para acomodarse al estado de vida de cada cual. Se tiene que ser responsable, pero evitarse los escrúpulos.

3. Sobre todo al principio, se debe probar (ensayar) con diferentes normas, maneras, horarios, antes de fijar un plan de vida exacto. Poco a poco, sin pretensiones provocadas por el entusiasmo inicial.

Recordemos aquí que la calidad se impone a la cantidad. Que en cada norma es mejor la pausa, atención y fervor, que la abundancia de palabras y acciones.

4. Al momento de comprometernos para seguir el plan de vida puede hacerse de cualquier forma, pero se debe ser formal; como una oración especial, en una visita al Santísimo, etc.

5. Sépase que, sobre todo en el caso de los seglares que no pertenecen a grupos en los que ya se tenga un plan de vida establecido, los demás haremos todo lo posible por seguir el pan de vida acordado delante del Señor, pero haciendo la salvedad de que el Plan puede variar en el futuro, dependiendo de nuestro avance, experiencia previa, desaciertos, etc.Advirtamos que el plan de vida, sin embargo, no debe estar al capricho de nuestros estados de ánimos de temporada en temporada. Es un compromiso fijo, serio, y también amoldable e integrador; todo eso, y por lo mismo se impone la intención recta y pura. Honestidad.Siempre delante de Dios.

En un mismo Espíritu,

FERNANDO CASANOVA