HORA SANTA DE REPARACIÓN MARIANA

Fuente de todo el tema: http://corazon-inmaculado-de-maria.globered.com

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Aprobada  con elogio y agrado por S. S. Benedicto XV
Para lucrar las indulgencias que a esta Hora Santa, fueron solamente otorgadas y para mantener la unidad y el espíritu propio de esta atrayente y devotísima función mariana, se ruega a las almas reparadoras del Inmaculado Corazón de María se atengan a este ejercicio tan lleno de unción, bendecido también por el Papa Pío XI, que por iniciativa del Eminentísimo Señor Cardenal Primado y a petición de todo el Episcopado Español, se dignó conceder el 24 de mayo de 1927, indulgencia Plenaria a los fieles que hicieran la Hora Santa Mariana los Primeros Sábados y siete años y siete cuarentenas cuando se haga en cualquier otro día del año.

No desperdicien este opusculito, así como dejarían caer al suelo una lagrima de la Santísima Virgen.

Práctica de las Hora de Reparación Mariana

AVE MARÍA PURISIMA
CORONA DE LAS DOCE ESTRELLAS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
V. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.

V. Porque puso los ojos en la humildad de la Bienaventurada Virgen María.
R. Y cual omnipotente obró en Ella grandes maravillas.

V. Bendíganla por esto todas las naciones.
R. Y a Dios su Salvador entonen himnos todas las generaciones.
I. Os bendecimos, alabamos y damos gracias, oh Señor Dios Padre, porque haciendo uso de vuestro infinito poder, tanto ensalzasteis a vuestra amable Hija, la humildísima Virgen María.
V. Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y  líbranos del mal. Amén.

1.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, de Dios primogénita, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, de la tierra gloria, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, del mundo Señora, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

4.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, de los cielos Reina, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
II.   Os bendecimos, alabamos y damos gracias, oh Señor, Dios Hijo, porque haciendo uso de vuestro saber, tanto adornasteis a vuestra amada Madre, la purísima Virgen María.
V. Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y  líbranos del mal. Amén.

1.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, de Dios primogénita, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, de la tierra gloria, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, del mundo Señora, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

4.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, de los cielos Reina, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

V. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
III. Os bendecimos, alabamos y damos gracias, oh Señor, Dios Espíritu Santo, que haciendo uso de vuestro infinito amor, tanto agraciasteis a vuestra amada Esposa, la Santísima Virgen María.
V. Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y  líbranos del mal. Amén.

1.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, de Dios primogénita, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salveMaría, de la tierra gloria, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salve, María, del mundo Señora, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

4.-
V. ¡Oh María sin pecado concebida,
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
V. Dios te salveMaría, de los cielos Reina, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

V. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN. Os  suplicamos, Señor Dios nuestro, os dignéis manifestar a todas las criaturas la perfección del alma de la Madre de Vuestro Divino Hijo, para que todas ellas admiren y adoren vuestro poder y os glorifiquen eternamente por el misterio de su Purísima, que fuisteis siempre preservada del pecado por la Encarnación, Muerte y Pasión de Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo vuestro, y que por esta prerrogativa merecisteis también ser Hija predilecta de la Cruz, os suplicamos  nos alcancéis el imitar vuestras virtudes en la vida y gozar con Vos en el Cielo. Amén.
Aquí se rezara el Santo Rosario,
con los misterios correspondientes al día.


Lectura meditada o sermón sobre las prerrogativas y virtudes de la Santísima Virgen.

ACTO DE REPARACIÓN. ¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro  Santísimo Nombre y vuestras excelsas prerrogativas! Aquí tenéis,  postrado en vuestra presencia, un indigno hijo vuestro, que agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro Amantísimo corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto Nombre, todos  los agravios  que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor y inagotable misericordia. Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestro honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias.
Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor hasta verlo consumado en la gloria. Amén.

Cinco Ave Marías en desagravio de las ofensas que más directamente hieren a Nuestra Señora y en honor de su dulcísimo Nombre, en la forma que sigue:

¡Madre nuestra omorosísima! Perdón y desagravio por las blasfemias, profanaciones e ingratitudes con que te ofenden tus  hijos, los hijos de tus dolores y de tu Corazón.
V. Dios te salve, María, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Azucena purísima, nacida entre los abrojos de este valle de lágrimas! Perdón y desagravio por los pecados de impureza, por las modas indecorosas y diversiones contrarias a la moral de Jesucristo y al pudor cristiano.
V. Dios te salve, María, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Rosa fragantísima que embalsamas los cielos! Perdón y desagravio por los pecados de los niños que arrastran en el cieno la blanca vestidura del Bautismo. Prende esos delicados capullos en los rosales de tu amor.
V. Dios te salve, María, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Inmaculada María, pilar firmísimo de nuestra fe! Perdón y desagravio por los avances del error, por la malicia, cobardía o indiferencia con que se favorece o tolera en España la propaganda protestante, las escuelas sin Dios, que pretenden arrancar las almas de tus maternales brazos.
V. Dios te salve, María, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Aurora esplendorosa del Sol de Justicia! Perdón y desagravio por los que voluntariamente ciegos, quisieron juntar la luz con las tinieblas y vivir bajo tu manto sin  aportar sus labios del emponzoñado cáliz de los placeres mundanales.
V. Dios te salve, María, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


PROFESIÓN DE ESCLAVITUD MARIANA
(Conforme al espíritu de San Luis Mª Griñón de Montfort)

(Ahora, donde se pueda, salgan doce caballeros con hachones o velas encendidas).

¿Confesáis que María Santísima es la obra maestra del Creador,  Hija predilecta del Padre que en Ella tiene su complacencia?  Si, confesamos.

¿Confesáis que Ella es la más hermosa de las puras criaturas y la Madre amadísima del Hijo?  Si, confesamos.

¿Confesáis que María Santísima está encumbrada sobre todos los espíritus angélicos y que es Esposa purísima del Espíritu Santo? Si, confesamos.

¿Confesáis que María es inmaculada en su Concepción y fue adornada ya en aquel primer momento de mayor gracia que todos los santos? Si, confesamos.

¿Confesáis  la virginidad de María antes del parto, en el parto y después del parto? Si, confesamos.

¿Confesáis la incomparable fidelidad de esta Señora que correspondió a la gracia con la mayor continuidad e intensidad posibles? Si, Confesamos.

¿Confesáis que la Santísima Virgen cooperó con su Divino Hijo a la obra de nuestra redención? Si, confesamos.

¿Confesáis que,  como fiel Esposa del Espíritu Santo, coopera con El a nuestra santificación ¿ Si, confesamos.

¿Reconocéis a María como Madre en el orden de la gracia, proclamada tal por Cristo en la cruz al entregársela a San Juan y en él a todos los hombres? Si, reconocemos.

¿Reconocéis la omnipotencia intercesora de María a quien nada niega Aquel que tomó carne en sus entrañas virginales? Si, reconocemos.

¿Creéis, por lo tanto, que Ella es el canal de todas las gracias y que de aquella que nos dio  Jesús hemos de recibir igualmente los demás bienes? Si, creemos.

¿Querréis, pues, rendir a tan Soberana  Reina, a cuyo imperio está sometido cuanto hay debajo de Dios, el culto debido a sus excelsas prerrogativas? Si, queremos.

¿Os consagráis a esta Divina Madre como esclavos de amor para vivir en su dependencia? Si, nos consagramos.

¿Queréis hacerla depositaria de cuanto sois y tenéis en el cuerpo y en el alma, para que Ella disponga de todo como Dueña y Señora? Si, queremos.

¿Queréis dar gloria al Señor, escogiendo para ir a Dios el mismo camino que El escogió para venir a nosotros, que es María? Si, queremos.

¿Querréis venir por María, con María, en María y para María? Sí, queremos.

¿Queréis vivir en su purísimo seno para reproducir en vuestras almas, del modo más perfecto, la imagen de Jesucristo, vaciándolas en ese molde divino? Si, queremos.

¿Amáis estas cadenas que os ligan en tiempo y eternidad a la Madre del Amor Hermoso? Si, las amamos.

Si, sí, las amamos, Madre mía, y deseamos que nuestra vida entera sea el  homenaje del amor y de la dependencia de nuestros corazones; y así, aceptamos de antemano la muerte para dar con esa destrucción de nuestro cuerpo el último y supremo testimonio de nuestra esclavitud, en reconocimiento de vuestra soberanía que seguiremos cantando eternamente, para gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

CANTICO DEL MAGNIFICAT
Engrandece mi alma al Señor, y saltó de gozo mi espíritu en Dios, Salvador mio.- Porque atendió a la humildad de su esclava.- Mirad que desde este punto, me llamarán bendita todas las generaciones.-  Porque hizo conmigo grandes cosas el Todo poderoso, cuyo nombre es santo y su misericordia pasa de generación en generación en los que le temen.- En su brazo manifestó su potencia, desbarató a los que se ensoberbecían con los proyectos de su corazón. Derribó a los poderosos de sus tronos y ensalzó a los humildes.- A los hambrientos hinchó de bienes y a los ricos despidió vacios.- Recibió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había dicho a nuestro padre Abraham y su descendencia para siempre. Gloría al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Recemos tres Ave Marías por el Papa para ganar la indulgencia sabatina y las arriba dichas.
Bendita sea  tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza, a ti celestial princesa, Virgen sagrada María, yo te ofrezco en este día o noche, alma, vida y corazón, no me dejes Madre mía.

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