“En este adviento, dejémonos iluminar por la Fe”: Comentario 07 de diciembre del 2018
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Fuente: Misioneros Servidores de la Palabra,
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
Sea
por un motivo o por otro, muchos corren en busca de Cristo, el único que puede
solucionar los problemas, calmar las tempestades y curar las enfermedades. En
todos los casos encontramos mucha fe, y no hay quien quede frustrado. Al
contacto con Cristo los muertos resucitan, los ciegos recobran la vista, los
enfermos la salud.
Cristo
no se cansa de atender a todos. Lo único que les pide es que tengan verdadera
fe en su poder. Si se tiene esta fe en él, es decir, si se le acepta en la
vida, se verán grandes milagros. Pero para eso, es necesario que nos veamos y
reconozcamos necesitados, enfermos, ciegos y le gritemos a Jesús desde lo más
profundo de nuestro corazón, que nos aferremos y adhiramos a Él, que no
desaprovechemos este tiempo de adviento y navidad, que no se conviertan en un
tiempo más. El peligro no es tan solo que llegue la navidad y sigamos iguales
de enfermos, el peligro más grande es que se nos pase la vida y sigamos estando
enfermos porque nunca quisimos que Jesús nos curara, porque nunca quisimos
creer en ÉL y nunca le permitimos que obrara en nosotros el milagro de quitar
la ceguera de nuestra conciencia.
La
fe en Jesús la hemos de acrecentar cada día mediante la oración hecha con
humildad: “Ten compasión de nosotros”… Hace
falta que nos pongamos en las manos de Dios, que hagamos el acto de fe más
grande que podemos hacer: entregarle nuestra vida, salud, corazón, todo nuestro
ser a Jesús, abandonarnos completamente a Él y comenzar a desconfiar más de
nosotros mismos.
Hoy
Jesús, también quiere preguntarnos a nosotros como a aquellos ciegos: “¿Creen ustedes que puedo hacer esto?”
Muchas veces puede más la duda, el desánimo, la inconstancia, el miedo y por eso
no se le permite a Jesús que obre el milagro que definiría y liberaría la
propia vida, el milagro que ayudaría a volver a la comunidad, a la familia. Por
la falta de fe, por eso es que el hombre se siente vacío, solo, incomprendido,
rechazado o excluido; no es porque los demás no quieran estar con él o porque
lo discriminen, es porque el hombre se ha encerrado en su propia burbuja, ha
creado su propio castillo y no se deja amar por Dios, no deja entrar a nadie
más.
“Sí Señor”, - le
contestaron los ciegos- Jesús les tocó
los ojos y les dijo: que se haga conforme a la fe que ustedes tienen. Y
recobraron la vista”. Jesús no se resiste, espera la respuesta del hombre,
no puede obligar a nadie para que reciba algún bien de parte de Él y sea curado.
ÉL es el Señor, el que está por encima de todo y lo puede todo, ha venido para
dar la vista a los ciegos, para hacer que los cojos anden y liberar a los
oprimidos. Por eso, más a menudo, debemos procurar pedirle a Jesús que
acreciente nuestra fe, la verdadera luz que nos permite caminar con seguridad y
ver las realidades de la vida con esperanza y mayor claridad.
Necesitamos
ser curados de nuestra ceguera espiritual, necesitamos de la fe que disipe las
frustraciones, la soledad y la depresión. No hay mayor ceguera que la de la
conciencia y la del corazón, la que no permite hacer el bien y encontrarse con
los demás, vivir en comunidad.
Por
eso, una vez que Jesús curó a los ciegos, estos se pusieron a recorrer toda la
región para contarles lo que Él había hecho por ellos, esa es la señal de la
verdadera libertad, la del corazón que, movido por la fe en Jesús es capaz de
enseñar a otros el camino de la luz, de la verdad y de la libertad.
Quita de mi Señor toda ceguera seppiritual para así llenar de tu Amor mi corazon y poder compartirlo con mis hnos .
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