Consejo de Dios para la vida matrimonial
El mandato es una lámpara y la lección un luz; camino de vida los reproches y la instrucción, para librarte de la mujer que tiene marido, de la lengua suave dela extraña. No codicies su hermosura en tu corazón, no te cautive con sus párpados, porque un mendrugo de pan basta a la prostituta, pero la casada va a la caza de una vida preciosa.
¿Puede uno meter fuego en su regazo sin que le ardan los vestidos? ¿Puede uno andar sobre las brasas sin que se le quemen los pies? Así le pasa al que se llega a la mujer del prójimo: no saldrá ileso ninguno que la toque” (Pr 6,23-29)
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