Buen dìa Señor!
Compadecer es padecer con otro; pero no se puede padecer con otro si antes no se ha padecido solo. Comprender es aprender con otro; pero eso requiere que antes hayamos aprendido nosotros solos.
Por eso, no debes juzgar que estás perdiendo el tiempo ni los esfuerzos cuando estás sufriendo solo; te estás capacitando para sufrir con los demás.
Quien sabe sufrir, sabe hacer sufrir menos; quien sabe llorar, sabe comprender mejor los que lloran. A veces se sufre más de lo que Dios quiere, o porque no se sufre con los demás. No se puede llegar a comprender lo que significa una lágrima si antes no se ha gustado su sabor salado rodando por las propias mejillas y llegando a los propios labios.
¡Qué cosa llamativa! Las lágrimas propias saben a salado; las lágrimas de los demás saben a dulce cuando se mezclan con las propias.
“Escucha mi súplica, oh Yahvéh, presta oído a mi grito, no te has sordo a mis lágrimas, pues soy un forastero junto a ti, un huésped como todos mis padres” (Salmo 39,13). Yahvéh siempre escucha nuestras súplicas, si es que éstas se hallan presentadas con la debida humildad y confianza en su bondad infinita
A lo largo del día: “Tanto tuyo como mío”
DÍA 6
Modernamente se está hablando mucho de
complejos que alteran la vida del hombre.
Nos tienen complejos de inferioridad, que
los anulan.
Otros, complejos de timidez, que los
inhiben.
No faltan quienes experimentan el complejo
de superioridad o de dominio, que los lanza a empresas desorbitadas que
ineludiblemente terminan en fracasos desalentadores.
Dicen los psicólogos que, quien más, quien
menos, todos estamos en el ámbito de algún complejo.
¿Por qué entonces extrañarse de tener el
complejo de Dios?
Si, al fin y al cabo, es el único complejo
verdaderamente liberador, el único que no aplasta, sino que alienta, el único
que no corta las alas sino qe las extiende y aumenta su potencialidad.
Ver en todo a Dios no destruye la propia
personalidad, sino que la reafirma, la orienta, la fundamenta y robustece.
“Exaltándose a sí mismo el hombre como
regla absoluta, o hundiéndose hasta la desesperación, la duda y la ansiedad, se
siguen en consecuencia…. La Biblia nos enseña que el hombre ha sido creado a
imagen de Dios, con capacidad para conocer y amar a su Creador y que por Dios
ha sido constituido señor de la entera creación visible, para gobernarla y
usarla, glorificando a Dios” (Gs, 12)
A lo largo del día: “Dios lo mantiene todo
cada día”
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