40 días por la vida Uruguay - Día 6
Cuarenta días por la vida
13 de febrero al 24 de marzo 2018
Día 6, domingo, 18 de febrero de 2018
«Es peculiar la responsabilidad confiada a todo el personal sanitario: médicos, farmacéuticos, enfermeros, capellanes, religiosos y religiosas, personal administrativo y voluntarios. Su profesión les exige ser custodios y servidores de la vida humana.»
San Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae 89
Motivación del día
La Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó en 2013 la Ley de Protección a los No Nacidos Capaces de Sufrir Dolor. Uno de los elementos de convicción durante su discusión fue la exposición del médico Anthony Levatino, quien fue un abortista que luego de realizar 1200 abortos se arrepintió y dio un contundente testimonio en favor de la vida.
Levatino se recibió de médico en Albany Medical College, Nueva York en 1976 y terminó la residencia en 1980. Durante sus primeros cinco años de práctica llevó a cabo alrededor de 1200 abortos, tanto en el primero como en el segundo cuatrimestre de embarazo.
«No me detenía a pensar que mi paciente había sentido las patadas del bebe por los últimos dos meses. La tenía ahí, dormida, en la sala de operaciones y debía actuar», dijo. Así de simple, como si fuera una máquina. La rutina y la mecánica nublaron su capacidad de reflexionar y de humanizar la situación. Ni la madre ni menos aún su hijo eran para él personas con dignidad y derechos. Deshumanizar a la víctima: por ahí se empieza. Así se explican los 1200.
Comentó también en qué consistía cada etapa del procedimiento según el desarrollo del bebe. Cada herramienta tenía una función específica. La que no arrancaba o despedazaba, trituraba o succionaba. Si el embarazo estaba muy avanzado se sacaba al bebe —con vida— a través de una cesárea y una vez fuera del vientre se lo mataba. «De ningún modo debe vivir», parecía ser el lema.
Reflexión
Muchos recordarán el famoso caso del médico abortista Bernard Nathanson que en los años 70 conmovió a Estados Unidos con su desgarrador testimonio en el cual confesaba -arrepentido- haber realizado más de 60.000 abortos y que en 1984 dirigió un documental llamado El Grito Silencioso en el cual mostraba -en crudo- cómo era el procedimiento que se utilizaba para realizar un aborto. Un día, mientras se peinaba frente al espejo, se asustó de la imagen que este le devolvió. Se vio asimismo como un animal. Nunca más hizo un aborto.
Pero lo que llevó a Levatino al arrepentimiento no fue la evidencia empírica de semejante carnicería, sino la muerte de su hija en un accidente de tránsito. La tragedia personal hizo que tuviera que replantearse todo, incluso, su propia existencia. Buscar un sentido, un motivo para poder seguir adelante.
Su arrepentimiento podía ser como el de Nathanson, que terminó defendiendo la vida en todos los foros internacionales y murió a los 84 años rodeado de afecto, o bien, como el de Kevin Carter, aquel brillante fotógrafo que en 1994 ganó el premio Pulitzer por fotografiar a un niño sudanés famélico con un buitre detrás esperando su final. Al recibir el premio le preguntaron: «¿qué hiciste después de sacar la foto?», a lo que respondió: «espanté el ave». «¿Y el chico?». «Lo deje ahí. El objetivo de la operación era simplemente hacer la mejor foto posible, la que tuviera mayor impacto». Miles de veces tuvo que responder a la misma pregunta. Atormentado y hundido en una profunda depresión, el joven de 33 años se suicidó. En el caso de Levatino, se arrepintió bien.
Intención del día
Oremos por todos los médicos y profesionales de la salud, para que descubran la vocación a la que han sido llamados de custodiar y servir a la vida humana, y pidamos, para los que aún no lo han descubierto, la gracia de la conversión.
Oración para todos los días
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén.
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén.
San Juan Pablo II
Encíclica Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
Encíclica Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana
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