40 días por la vida Uruguay - Día 2
Cuarenta días por la vida
13 de febrero al 24 de marzo 2018
Día 2, miércoles, 14 de febrero de 2018
Miércoles de Ceniza
«La palabra y las acciones de Jesús y de su Iglesia no se dirigen sólo a quienes padecen enfermedad, sufrimiento o diversas formas de marginación social, sino que conciernen más profundamente al sentido mismo de la vida de cada hombre en sus dimensiones morales y espirituales. Sólo quien reconoce que su propia vida está marcada por la enfermedad del pecado, puede redescubrir, en el encuentro con Jesús Salvador, la verdad y autenticidad de su existencia, según sus mismas palabras: “No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores”» (Lc 5, 31-32).
San Juan Pablo II, encíclica Evangelium Vitae 32
Motivación
El Miércoles de Ceniza marca el principio de la Cuaresma y es un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo de conversión a Dios.
La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que la definitiva se encuentra en el Cielo.
Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio como deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios. En el año 384 d. C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial y desde el siglo XI, la Iglesia acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión. Hoy en día, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo para recordarnos que la gloria terrenal pronto se reduce a nada.
La ceniza es símbolo de conversión, de lograr un cambio positivo en las actitudes con respecto a Dios y al prójimo. Es símbolo de nuestra fragilidad y limitación humana y de ser consciente de que moriremos, para aprovechar nuestra vida haciendo este mundo más humano, más justo y más cristiano.
La recepción de la ceniza es un acto personal y voluntario que se realiza bajo la gracia y la misericordia de Dios. Se recibe en una celebración comunitaria, porque es toda la Iglesia quien intensifica en este periodo su estado de conversión y purificación.
Y la Cuaresma nos provee de tres instrumentos invaluables: la oración, la limosna y el ayuno. Orar es ponernos en Presencia de Dios para recibir su gracia y su amor y el ayuno favorece esta apertura del corazón. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.
Reflexión
Iniciamos hoy el tiempo de Cuaresma, preparándonos para la Pasión de Cristo y su Pascua gloriosa.
Así que preparémonos para el combate espiritual.
Es un tiempo inmejorable para orar por nuestra conversión y la conversión de todos los que promueven la cultura de la muerte en nuestro país y en el mundo. Sin Dios nada se posible.
La conversión es volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad y así tomar conciencia de que estamos de paso en esta tierra, y que debemos trabajar hasta que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Intención del día
Oremos también por la conversión de las personas que promueven la cultura de la muerte.
Padre Santo, ten misericordia de todos aquellos que se han apartado de la fe, de aquellos que no te han reconocido como Dios, de todos aquellos que no han tenido una experiencia de tu amor y que están llevando a muchos a la perdición y a tomar decisiones equivocadas porque «su conciencia está marcado con el hierro de sus malas acciones» 1 Timoteo 4,2. Toca su corazón para que se incentiven a una conversión, a un nuevo nacimiento, para que tengan una conciencia recta que opte por el amor y por el respeto a toda vida humana.
Oración para todos los días
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén
San Juan Pablo II
Encíclica Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable
de la Vida Humana
Encíclica Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable
de la Vida Humana
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