Buenos días Señor!
La vida es distinta si se proyecta sobre ella un rayo de alegría. Has de ser alegre y optimista, sin dejarte desorientar o amargar por tantas injusticias como ves en la vida. ¿No será que Dios tiene sobre ti el proyecto de que el mundo se sienta un poco mejor, porque tú contribuyas a elevarlo?
No seas como aquellos que siempre están criticando y lamentando que el mundo de hoy va mal, que la sociedad no es una sociedad auténtica, pero ellos nunca hacen nada para que eso no suceda.
Has de ser como el agua cantarina del arroyuelo que, mientras va derramando humedad y vegetación, se desliza cantando su salmodia de fecundidad.
No mires sólo los horizontes oscuros; aún cuando una pena muy honda muerda tu espíritu, lleva la frente bien alta, los ojos llenos de luz, la sonrisa en los labios, la paz en el corazón.
"Guardaos de murmuraciones inútiles, preservad vuestras lenguas de la malediciencia; que la palabra más secreta no se pronuncia en vano y la boca mentirosa da muerte al alma". (Sab. 1,11) "Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones..." (Flp. 2,14). Se habla mucho de críticas constructivas; pero ¡es tan fácil ver la construcción y somos tan ciegos para descubrir la destrucción!
A lo largo del día "Dar gracias a Jesús por los favores y beneficios"
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