Buenas noches Señor!
Señor, ha terminado el día y apenas te he dedicado tiempo. Quizás, para otras cosas me resulta más fácil encontrar un hueco, no sé explicarte por qué, pero es así.
Siempre me ha resultado difícil eso de hablar contigo y, sin embargo, tengo la certeza de que tú me escuchas.
Escuchas mis impaciencias, mis rebeldías, mis dudas, mis caídas una y otra vez en la vida...
Qujisiera, a veces, tener una llamada tuya, como llegan otras tantas a diario por teléfono, ansío que se pudiera "tocar y palpar"...
¡Qué le voy a hacer! Soy así de exigente... Por lo pronto, aquí tienes mi día: prisas, preocupaciones y mucho trabajo, mucho trabajo. Ciertamente que intento que todo sea por un mundo mejor pero no siempre lo consigo.
Mis amigos, mi familia, no los puedo olvidar; han sido y son fundamentales; por ellos te pido.
Mis proyectos: ¿serán también parte de los tuyos?
No siempre te tengo en cuenta, no obstante, no quiero ser negativo, a menudo pienso en tí, en cómo puedes ser, cómo puedes darte a conocer en mi ambiente. En fín Señor, entre unas y otras cosas, éste ha sido mi día, yo te lo pongo aquí al final de la jornada, supongo que algo de oración tendrá esto que, ahora, te susurro.
En todo caso, confío en que tú me enseñas cada día...
.... ¡y de muy distintas formas! ¡Gracias Señor!
Siempre me ha resultado difícil eso de hablar contigo y, sin embargo, tengo la certeza de que tú me escuchas.
Escuchas mis impaciencias, mis rebeldías, mis dudas, mis caídas una y otra vez en la vida...
Qujisiera, a veces, tener una llamada tuya, como llegan otras tantas a diario por teléfono, ansío que se pudiera "tocar y palpar"...
¡Qué le voy a hacer! Soy así de exigente... Por lo pronto, aquí tienes mi día: prisas, preocupaciones y mucho trabajo, mucho trabajo. Ciertamente que intento que todo sea por un mundo mejor pero no siempre lo consigo.
Mis amigos, mi familia, no los puedo olvidar; han sido y son fundamentales; por ellos te pido.
Mis proyectos: ¿serán también parte de los tuyos?
No siempre te tengo en cuenta, no obstante, no quiero ser negativo, a menudo pienso en tí, en cómo puedes ser, cómo puedes darte a conocer en mi ambiente. En fín Señor, entre unas y otras cosas, éste ha sido mi día, yo te lo pongo aquí al final de la jornada, supongo que algo de oración tendrá esto que, ahora, te susurro.
En todo caso, confío en que tú me enseñas cada día...
.... ¡y de muy distintas formas! ¡Gracias Señor!
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