La oración de exorcismo que protege el Vaticano
Ary Waldir Ramos Díaz | Abr 25, 2018
La plegaria se encuentra ubicada en un lugar especial en la Plaza de San Pedro y debería ser usada solo por sacerdotes que se enfrentan a una posesión demoníaca
“Existen oraciones que demuestran la actividad exorcista de la Iglesia desde el II siglo”, explica el sacerdote mexicano Cesare Truqui que escribió el Libro ‘Profesión Exorcista‘, junto a la periodista vaticanista Chiara Santomiero, cuya versión está disponible sólo en italiano por el momento (ed. Piemme, 2018).
“En los primeros siglos aparecen libros litúrgicos oraciones para exorcizar objetos, – cenizas, aceite, incienso, agua y sal, contra ataques – o también personas, como en el rito para los catecúmenos del V siglo”, escribió.
El sacerdote exorcista y ex aprendiz del padre Gabriele Amorth confirma que existe una plegaria de liberación, corta, muy antigua, que usan los sacerdotes en casos de supuestas posesiones.
Se trata de la oración contra el diablo que se dice que es de San Antonio Abad, y que papa Sixto V hizo esculpir en la base del obelisco en la Plaza de San Pedro en Roma, transportado allí en 1586, durante su pontificado (1585-1590).
La tradición popular dice que san Antonio dio una oración a una mujer pobre que buscaba ayuda contra las tentaciones del demonio. El papa Felice Peretti consideraba que esa oración era una protección eficaz:
Ecce Crucem Domini! +
Fugite partes adversae! +
Vicit Leo de tribu Juda, +
Radix David! Alleluia!
La traducción:
He aquí la Cruz del Señor,+
Huid, potestades enemigas:+
Ha vencido el león de Judá, +
descendiente de David. ¡Aleluya!
La oración es para uso exclusivo del sacerdote exorcista, otra cosa es que la devoción popular la considere una plegaria para alejarse del mal.
Turqui explica que el ministerio del exorcista sigue una disciplina férrea articulada en en el más reciente ritual: De exorcismis et supplicationibus quibusdam – “Los exorcismos y algunas oraciones”, promulgado con el decreto de la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos en 1998 aprobado por Juan Pablo II”.
El sacerdote advierte que en general falta formación religiosa y la incertidumbre por el futuro, favorece que la gente consulte adivinos y confíe en supersticiones, magia y ritos, incluso satánicos.
Y desconfía de que haya laicos que rezan oraciones al estilo ‘hágalo usted mismo’, con el peligro de desencadenar una serie de eventos y efectos no deseados.
Así, confirma que el cardenal Joseph Ratzinger cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1985 envió una carta para que los obispos vigilen y no permitan que los laicos hagan oraciones contra los demonios o usen arbitrariamente la invocación de la oración de León XIII contra Satanás y los ángeles rebeldes.
¿Quien puede ser exorcistas? Según el derecho canónico, este ministerio lo puede realizar solo un sacerdote que tenga “piedad, ciencia, prudencia e integridad de vida”. El exorcista actúa en nombre de la Iglesia. Pero, todos los fieles pueden rezar y pedir a Dios para que libere del mal. El Padre Nuestro es un signo concreto de esto.
El exorcismo – explica Truqui – es una oración pública y solemne que el sacerdote realiza con la autoridad de la Iglesia católica y en nombre de Jesús.
Lamentablemente, existen casos de abusos sexuales por parte de impostores que dicen ser exorcistas. Truqui también denuncia que existen situaciones poco claras como las misas de liberación multitudinarias que los obispos deberían evaluar y, en el caso, prohibirlas.
El experimentado exorcista invita a sentir desconfianza por los “exorcistas” que piden dinero. De hecho, la Asociación Internacional de Exorcistas(AIE), reconocida por el Vaticano, que cuenta en sus filas con 400 sacerdotes en todo el mundo, tiene el objetivo de compartir las mejores prácticas, de ellos 240 se encuentran en Italia. Además, cabe decir que no todos los exorcistas hacen parte de la AIE.
Por eso, se recomienda precaución. Igualmente, porque aumentan las solicitudes de las personas que se dirigen a pedir los servicios de magos, adivinos de las cartas y de las manos, además de las filosofías que hablan de las energías espirituales.
En Italia, la AIE calcula que 10 millones de personas han consultado una vez por lo menos un médium, astrólogo, o mago. Detrás de la práctica del esoterismo y ocultismo, inconsciente o conscientemente, se abre la puerta a una realidad espiritual maligna.
Las estadísticas – por ejemplo en Italia – sostienen que de 100 personas que piensan estar poseídas, 20 son menores de edad, probablemente jóvenes que usan el Web para alimentar su fascinación por las cosas diabólicas.
Y finalmente se invita a poner al centro de la propia vida a Dios. Esa es la mejor manera de evitar contactos con el mal y el demonio.
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