La escucha de la Palabra, Evangelio del 9 de febrero
Santo Evangelio según San Marcos 7,31-37. Viernes V de Tiempo Ordinariro.
Por: H. Luis Adrián Olvera de la Cruz, L.C. | Fuente: missionkits.org
Por: H. Luis Adrián Olvera de la Cruz, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Abre, Señor, mis oídos para que pueda escucharte en el silencio interior de este momento de encuentro contigo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 7,31-37
En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Effetá", (Que quiere decir "¡Ábrete!"). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: "¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Quien haya asistido a un bautismo alguna vez quizá recuerde que, en un breve momento, el sacerdote entrega el cirio a los padres y padrinos y toca los oídos del neófito mientras dice "Effetá"
Ésta es una de las pocas palabras que se conservaron en el Evangelio tal como las dijo Jesús, y es porque este gesto va más allá del milagro hecho a un hombre es tan importante que a ti Jesús te lo ha hecho a través de las manos consagradas de un sacerdote.
En primer lugar, al acercarte a la Palabra de Dios muchas veces no entiendes o no quieres entender lo que Él te quiere decir. Puede ser que la escuches como si fuera una historia que pasó hace milenios y que ya te sabes de memoria pero, ¿tiene impacto en tu vida? Jesús te habla a tu corazón, intelecto y voluntaden tu lenguaje. Él quiere abrirte los oídos para que puedas escuchar cuánto te ama y cuánto desea que tú le sigas libremente.
En segundo lugar, apenas se le soltó la lengua a este hombre, empezó a gritar las maravillas que la experiencia de Jesús, cara a cara, había hecho en su vida. ¿Ya has anunciado lo que Cristo ha hecho o está haciendo en tu vida? Si te acercas a la Palabra, aunque sea por curiosidad, conocerás cada vez más a Jesús, y al conocerlo es imposible no amarlo.
Finalmente es imposible no hablar de la persona amada, y cuando no se habla de ella, ese amor se transpira. Jesús todo lo hace bien, ¿te animas a dejarlo que abra tus oídos y toque tu lengua? Y si ya te has dejado tocar por él, ¿te animas a llevar a otro a esta experiencia como hicieron los amigos de este sordo?
El Evangelio de hoy relata la curación de un sordomudo por parte de Jesús, un acontecimiento prodigioso que muestra cómo Jesús restablece la plena comunicación del hombre con Dios y con los otros hombres. El milagro está ambientado en la zona de la Decápolis, es decir, en pleno territorio pagano; por lo tanto, ese sordomudo que es llevado ante Jesús se transforma en el símbolo del no-creyente que cumple un camino hacia la fe.
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de septiembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Oraré para que Jesús toque todo mi ser para poder ayudar a alguien a vivir esta experiencia invitándolo a acercarse a la Iglesia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.
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