Comentario 08 de Febrero del 2018: “Dioses de nuestro tiempo”
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Fuente: Misioneros Servidores de la Palabra,
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
Si
la sociedad y el mundo están como están es gracias a que de repente podemos
encontrar a cristianos tibios, indecisos e indefinidos, muchas veces con muy
buenas intenciones, pero en el fondo, débiles de voluntad y de carácter. Por lo
menos, eso es lo que logramos ver en Salomón, en la primera lectura de la
liturgia de la Palabra el día de hoy. El Rey Salomón, como bien vimos ayer, era
una persona sabia, seguro, que buscaba agradar a Dios, de buenas intenciones;
pero que, lamentablemente se dejo corromper por el mal, comenzó a ser poco
constante, poco fiel, indeciso, permitió que alguien más le robara su atención
y su amor, hasta que termino por convertirse en esclavo de sus mujeres, primero,
y luego, comenzó a adorar a otras divinidades paganas y abandonó al verdadero
Dios de Israel. De este modo, Salomón desobedeció la Palabra del Señor gracias
a que sus mujeres le desviaron el corazón… y su corazón ya no perteneció
íntegramente al Señor su Dios, como el de su Padre David…Él hizo lo que es malo
a los ojos del Señor y no siguió plenamente al Señor, como lo había hecho su
padre David.
Veamos
una lista de los dioses de nuestro tiempo, por los que el hombre termina
alejándose de Dios y convirtiéndose en un completo títere alienado (Nota: lo
siguiente puede encontrarlo en la página oficial de catholic.net de forma
completa en este siguiente link:http://es.catholic.net/op/articulos/18815/cat/131/dioses-de-nuestro-tiempo.html):
I.
El dios progreso.
Su credo
es éste: "Caminamos en un progreso indefinido que no se detendrá. Ha
habido guerras, genocidios y tragedias espantosas. Pero estamos progresando.
Todo lo que es progreso es bueno, aunque esto suponga sacrificar el presente en
aras de un futuro incierto. El progreso debe ser adorado.
II.
El dios libertad.
Cada
hombre, dice este dios, tiene una libertad absoluta. De esa libertad brotan los
valores. Todo lo que vaya contra esa libertad es antisagrado (moral, religión
católica con sus dogmas y mandamientos). No hay pecado. No hay límites. La
libertad salva, rige y condena.
III.
El dios ciencia.
Su credo:
sólo la ciencia nos puede dar certezas, está por encima del bien común, de la
ética, de la persona. Todo lo que no es ciencia es sentimiento, subjetivismo,
espiritualismo. A la
diosa ciencia le corresponde un altar; el bien del hombre, su conciencia, su
conducta, su integridad moral están por debajo de ella.
IV.
El
dios hombre.
"La religión del Dios que se hace hombre
se ha encontrado con la religión del hombre que se hace Dios".(Pablo VI) Su
credo: el hombre es inmanentista, total y completo en sí mismo, nada sobre él.
Es la medida de todas las cosas. Su placer, su tener, su yo, marcan su ley. Es
él el principio supremo de la ley. Dios es válido en la medida en que le sirve.
V.
El dios utilidad.
Ley: lo útil es lo bueno. La
eficiencia como tarjeta principal de presentación. El hombre como material
humano, medido por el rendimiento (marxismo, capitalismo liberal). Utilitarismo
y pragmatismo.
VI.
Algunos subdioses:
1. Democracia liberal: es un engaño
de democracia. El pueblo vota y se le acaban sus atribuciones. Es un cero a la
izquierda. Se anula el poder de las sociedades intermedias, que son las
encargadas de tejer la red de relaciones sociales que hace fuerte a una nación;
se acusa a las sociedades intermedias, o a los centros de fuerza de ser
"corporaciones", que por su naturaleza producen tiranía, gobiernos
derechistas, autoritarismo. Sociedades que son: Iglesia, sindicatos,
universidades, fuerzas armadas, municipios, federaciones de comercio, agrarias
o de industria, sociedades de beneficencia, clubes.
2. Paz: paz como no-guerra o no-conflicto.
No como fruto de la justicia.
3. Vida: en forma de hedonismo.
Vivir y gozar de la vida: sexo libre, droga, usura...
4. Moda:
Está relacionado con el dios Progreso. Detrás de este ídolo se esconde
la concepción evolucionista, relativista e historicista de la vida. Niega la
verdad objetiva, la estabilidad de la naturaleza, los principios inconmovibles
de la moral. Incluso niega que la naturaleza humana sea algo terminado y
proclama que es dependiente de las transformaciones sociales (por eso muchas
veces está en manos de gente sexualmente promiscua, ambigua o cambiante). Niega
la capacidad del hombre a definir, porque definir es la negación de la
evolución y del progreso. Niega la capacidad del hombre a conocer las esencias,
pues una cosa que ayer era hoy ya no es. Se sigue una fuerza ciega, pero
omnipotente. Satánica destrucción de las cosas, de la creación misma, de Dios.
5. Amor: es
un idolillo del dios libertad absoluta. Total culto al cuerpo, predicado desde
el púlpito de Hollywood. Amor de sentimiento, a primera vista. Amor que permite
la infidelidad, el divorcio: "Ya no siento nada por el otro, no debo
fingir...por tanto, debo separarme". Ya no es darse, sino sentir y gozar y
abusar del otro. Amor pasajero, pues los sentimientos son pasajeros. Amor como
sexopatía.
6. Umbandismo: Al igual que en los restantes cultos afrobrasileños, la
Umbanda sostiene la creencia en un ser superior y en una serie de entidades
intermedias que denominan orixás. Estos orixás son antiguas divinidades
africanas o fuerzas de la naturaleza divinizadas (v.gr: el rayo, las aguas,
etc.). Cuentan con otra entidad, intermedia entre los Orixá y los hombres,
conocida como Exú, y es la que homologan a la figura cristiana del demonio. En sus cultos, sostienen que
estos Orixá, incorporan o poseen a los feligreses en medio de la liturgia. Este
fenómeno, lejos de ser una verdadera posesión, se produce merced a una técnica
de inducción al trance, donde el feligrés disocia su personalidad liberando el
inconsciente. Desarrollan también
diversas prácticas adivinatorias y, por los elementos de origen espiritista,
creen en la reencarnación, la ley del Karma, los fluídos, etc.
Hoy, muchos cristianos y no cristianos se
conducen como paganos, adorando ídolos (Is 30, 1-5). Ídolos que son máscaras
del mismo satanás. Estos ídolos han sido llamados también como modernismo,
secularismo, humanismo ateo. Con estos ídolos no podemos construir la ciudad de
Dios, la civilización del amor. Se nos exige una verdadera cruzada.
Sin embargo, en el evangelio nos encontramos con una mujer pagana, de
mucha fe, que oyó hablar de Jesús, se fue a postrar a sus pies con tremenda
humildad y logró que Jesús pudiera liberar a su hija del demonio que la poseía.
También nosotros podemos hacer lo mismo, pedirle con todo el corazón que nos
libere del mal, de las ataduras, de las esclavitudes, que no nos permiten amar,
ser libres y ser felices de verdad. Comencemos por escuchar, conocer, amar,
servir y seguir a Jesús, entreguémosle todo nuestro corazón. Que nuestra Madre,
la virgen María, auxilio de los cristianos, interceda por nosotros.
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