¿Cuál es tu respuesta?: Comentario 28 de Septiembre del 2018
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
Jesús
hace un cuestionamiento a sus apóstoles sobre la concepción que la gente tiene
sobre Él. Pero la pregunta tiene una doble finalidad: por un lado, el preparar
el terreno a sus apóstoles para el anuncio de su muerte y, por otro, hacer que
se pierda en ellos toda inhibición que pueda impedir una respuesta clara y bien
definida sobre la pregunta que sigue: Y
ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
Si
queremos saber quién es, conocer y reconocer a Jesús, tenemos que aprender a
acercarnos a Él, convivir con Él, pasar tiempo con Él, en pocas palabras,
seguirlo. Es que no podemos conocer a nadie desde lejos, sin que nos
interesemos, sin contemplar, sin dialogar, sin no haya algún contacto. Cada vez
que queremos conocer a una persona nos acercamos y entramos en relación con
ella. Lo mismo pasa con Jesús, si queremos conocerlo debemos aprender a
acercarnos a Él y nos dará la respuesta que andamos buscando, sobre todo en la
oración, desde la fe.
La
demás gente tenía concepciones diferentes de Jesús porque lo miraban desde
lejos solamente, porque no lo conocían realmente, lo buscaban muy por encima,
con la razón solamente, no lograban aceptarlo del todo bien. Por eso, ¿qué
pensamos de Jesús? ¿Pertenecemos al grupo que ve a Jesús desde lejos solamente
o al grupo que pasa tiempo con Él, que lo busca y que platica con Él en oración
y adoración?
Si
Jesús pregunta sobre quién dice la gente que es Él, no es porque le preocupe
tanto, sino porque quiere hacerles entender a sus apóstoles y demás seguidores
que pese a las diferentes concepciones o definiciones que se hagan de Él,
estos, que ya han comenzado a seguirlo no deben dejar de hacerlo en ningún
momento, no obstante a los malos comentarios o las confusiones que se generen
en torno a su persona. Que el cristiano, una vez que ha comenzado a hacer la
experiencia de descubrir quién es Jesús y se ha decidido a seguirlo ya no se
detenga más, que no disminuya el paso, que no vuelva atrás, que no se confunda
y que no termine por abandonar la marcha por el camino que Jesús mismo ha recorrido.
Por
eso es importante que sepamos y estemos convencidos de quién es Jesús y lo que
Él hizo. Él mismo se define como el servidor: “El que quiera ser el más importante entre ustedes que se haga el
servidor de todos”. Y es que no hay mayor servicio que Jesús haya ofrecido
a la humanidad que el de dar la vida en rescate de una multitud, ofrecer su
vida en sacrificio por la salvación de los hombres. El cristiano que ha
descubierto esta clave evangélica sobre la vida de Jesús, no debe pretender
otra cosa más que hacer lo mismo que su Maestro, no ha de querer otra cosa más
que vivir asumiendo una vida de servicio, entregada y ofrecida por el bien de
la humanidad, no obstante a los sacrificios o adversidades que tenga que pasar.
Lo que ha de mover al cristiano a mantenerse firme en este seguimiento a Jesús
son la fe, la esperanza y el amor.
Es
importante que descubramos la fuente inagotable de amor, de perdón y de gracia
que se esconde detrás de la persona de Jesús. Por eso, conocerlo, amarlo y
seguirlo tiene una razón suficiente, sobrenatural; mucho más que conocer, amar
o seguir a cualquier otra persona. Jesús es el Dios de la vida y esa vida nos
promete a aquellos que se decidan por Él.
Este
es el cuestionamiento que Jesús hace a todo aquel que le sigue, porque cada
quien debe estar convencido de los por qués del seguimiento de Cristo. Este
evangelio muestra a Pedro dando una respuesta clara: “Eres el Mesías de Dios”. ¿Cuál es la respuesta de cada cristiano?
¿Cuál es tu respuesta?
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