40 días por la vida Uruguay - Día 20

Cuarenta días por la vida

13 de febrero al 24 de marzo 2018

Día 20, domingo, 4 de marzo de 2018

«En el cambio cultural en favor de la vida las mujeres tienen un campo de pensamiento y de acción singular y sin duda determinante: les corresponde ser promotoras de un «nuevo feminismo» que [...] sepa reconocer y expresar el verdadero espíritu femenino en todas las manifestaciones de la convivencia ciudadana, trabajando por la superación de toda forma de discriminación, de violencia y de explotación.

Recordando las palabras del mensaje conclusivo del Concilio Vaticano II, dirijo también yo a las mujeres una llamada apremiante: "Reconciliad a los hombres con la vida". Vosotras estáis llamadas a testimoniar el significado del amor auténtico, de aquel don de uno mismo y de la acogida del otro que se realizan de modo específico en la relación conyugal, pero que deben ser el alma de cualquier relación interpersonal. La experiencia de la maternidad favorece en vosotras una aguda sensibilidad hacia las demás personas y, al mismo tiempo, os confiere una misión particular:  "La maternidad conlleva una comunión especial con el misterio de la vida que madura en el seno de la mujer... Este modo único de contacto con el nuevo hombre que se está formando crea a su vez una actitud hacia el hombre —no sólo hacia el propio hijo, sino hacia el hombre en general—, que caracteriza profundamente toda la personalidad de la mujer». En efecto, la madre acoge y lleva consigo a otro ser, le permite crecer en su seno, le ofrece el espacio necesario, respetándolo en su alteridad. Así, la mujer percibe y enseña que las relaciones humanas son auténticas si se abren a la acogida de la otra persona, reconocida y amada por la dignidad que tiene por el hecho de ser persona y no de otros factores, como la utilidad, la fuerza, la inteligencia, la belleza o la salud. Esta es la aportación fundamental que la Iglesia y la humanidad esperan de las mujeres. Y es la premisa insustituible para un auténtico cambio cultural».

San Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae 99

Motivación

Las Intersocial Feminista (agrupación de organizaciones feministas de género) ha convocado a un «paro» y una marcha para el próximo 8 de marzo, con ocasión del Día Internacional de la Mujer.

Muchos creen que se trata de manifestarse en contra de la violencia contra la mujer. (Para ser precisos, no es eso contra lo que se marcha, sino que, en realidad, se debería aclarar que, según la definición de femicidio, no se está hablando aquí de violencia contra la mujer, sino de violencia de «género», es decir, solo aquella ejercida por varones y por odio a las mujeres como tales, lo cual resulta un conjunto mucho más reducido de casos e incluso hasta cuestionable si existe como tal).

Pero poca gente sabe que la plataforma de la convocatoria incluye 12 puntos (de los cuales el de los femicidios está en el 7º lugar, no en el primero), que comprenden muchísimas más cosas, entre ellas, el aborto:

«Paramos y vamos a la marcha para exigir servicios de aborto en todo el país, accesible y respetuoso para todas las mujeres. Para solidarizarnos con nuestras compañeras de todo el continente: ¡ABORTO LEGAL YA EN TODA AMÉRICA LATINA!»

La proclama arremete también contra las iglesias que se opongan al aborto:

«PARAMOS PARA PARAR a quienes creen que pueden seguir dictando nuestra conducta. A quienes pontifican desde cualquier iglesia en contra de la autonomía de las mujeres».

...porque «autonomía» de las mujeres es el término que utilizan para justificar un aborto, al decir que ninguna mujer tiene que soportar estar embarazada si no lo quiere.

Reflexión

Dice Mons. Fuentes, obispo de Minas: el aborto es «la madre de todas las violencias»:

«Por donde se lo mire, el aborto es siempre un desastre, porque supone la muerte de un ser humano que está en el vientre de su madre. Es la mayor violencia que puede sufrir una madre y es la madre de todas las violencias».

¿No parece una gran incoherencia que una marcha contra la violencia contra la mujer convoque al mismo tiempo para promover, afianzar y legalizar el aborto, que es la mayor violencia contra la mujer (tanto la mujer por nacer que muere, como la madre que sufrirá las secuelas del aborto)?

Con respecto a la bebé que muere, el séptimo punto de la convocatoria dice:

«PARAMOS PARA PARAR los feminicidios, los asesinatos de mujeres en manos de hombres que se creen sus dueños».

¿Pero no suena esto al eslogan tan manido «"derecho" a hacer lo que quiera con mi cuerpo»? ¿No están acaso considerando al hijo no nacido como de su propiedad? ¿Y no es entonces una incoherencia pedir que no mueran mujeres asesinadas por hombres «que se creen sus dueños», y al mismo tiempo exigir el asesinato legal de otras mujeres (aún por nacer) a manos de quienes las consideran un objeto del cual se puede disponer o de quienes se consideran sus dueñas?

Dice la proclama: «Paramos y marchamos por todas las mujeres que nos faltan». Pero ¿qué hay de las 5.000 mujeres que faltan cada año porque fueron abortadas?

Y en cuanto a la madre, el aborto lastima profundamente a la mujer. En muchos casos, ocasiona un daño irreparable a su función reproductiva y un mayor riesgo de infecciones, hemorragias, cáncer y subfertilidad, pero aparte de eso, el aborto produce un daño psicológico y espiritual más grave y que puede manifestarse muchos años después. Destruye el vínculo natural entre los padres y su hijo, y que deja a la madre y al padre con la sensación de que les falta algo; crea en la mujer un conflicto entre su papel de madre y el papel que desempeña en la destrucción de la vida de su niño no nacido. En muchos casos, el trauma postaborto es psicológicamente devastador, y afecta sus relaciones familiares, de amistad e incluso laborales. Este trastorno la debilita tanto física como emocionalmente, y puede disminuir su funcionamiento y su bienestar personal, en la sociedad y dentro de su familia. Es por eso que constituye la mayor violencia contra la mujer, y resulta una incoherencia que haya mujeres que lo exijan.

Intención del día

Oremos porque las mujeres comprendan el rol maravilloso a que Dios las ha llamado, de proteger la vida, acogerla y reconciliar a todos los hombres con ella.

Oremos por la conversión de todas las mujeres que han abrazado un feminismo mal entendido que destruye no solo a los varones, sino a las propias mujeres y a toda nuestra sociedad.

Oración para todos los días

ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén.

San Juan Pablo II
Encíclica Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable
de la Vida Humana.