40 días por la vida Uruguay - Día 25

Cuarenta días por la vida

13 de febrero al 24 de marzo 2018

Día 25, viernes, 9 de marzo de 2018

«Dirijo [...] a las mujeres una llamada apremiante: «Reconciliad a los hombres con la vida». Vosotras estáis llamadas a testimoniar el significado del amor auténtico, de aquel don de uno mismo y de la acogida del otro que se realizan de modo específico en la relación conyugal, pero que deben ser el alma de cualquier relación interpersonal. La experiencia de la maternidad favorece en vosotras una aguda sensibilidad hacia las demás personas y, al mismo tiempo, os confiere una misión particular: «La maternidad conlleva una comunión especial con el misterio de la vida que madura en el seno de la mujer... Este modo único de contacto con el nuevo hombre que se está formando crea a su vez una actitud hacia el hombre —no sólo hacia el propio hijo, sino hacia el hombre en general—, que caracteriza profundamente toda la personalidad de la mujer». [...] Así, la mujer percibe y enseña que las relaciones humanas son auténticas si se abren a la acogida de la otra persona, reconocida y amada por la dignidad que tiene por el hecho de ser persona y no de otros factores, como la utilidad, la fuerza, la inteligencia, la belleza o la salud. Esta es la aportación fundamental que la Iglesia y la humanidad esperan de las mujeres. Y es la premisa insustituible para un auténtico cambio cultural».

San Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae 99 

Motivación

En la marcha del 8 de marzo de ayer, nuevamente fue vandalizada la iglesia del Cordón. Era de esperar, dado los hechos similares del año pasado.  Y esta vez, el antagonismo hacia la Iglesia lo dejaban ver en la proclama de convocatoria.

«PARAMOS PARA PARAR a quienes creen que pueden seguir dictando nuestra conducta. A quienes pontifican desde cualquier iglesia en contra de la autonomía de las mujeres».

Muchos se sorprenden y pregunta por qué en una marcha en la que supuestamente se manifiesta, entre otras cosas, contra un tipo de violencia, se generan estos hechos que son una manifestación de odio y violencia.

En realidad, no es más que otra expresión de la lucha entre la cultura de la vida y la «cultura» de la muerte que estamos viviendo.

Reflexión

¿Por qué? Porque la Iglesia es un baluarte que repite consistentemente lo que el feminismo de género quiere negar: la sexualidad como don, diferencia de los sexos, la complementariedad, la vocación al amor y a la santidad en la colaboración mutua, la dignidad de toda vida, el valor del matrimonio y de la familia, la sublime vocación de toda mujer a la maternidad (ya sea física o espiritual), ... todo lo que el feminismo de género quiere destruir.

«¿Qué tiene que ver la Iglesia?», se preguntan algunos. Tiene todo que ver:

• ellas exigen el aborto legal e irrestricto; la Iglesia dice que toda persona inocente tiene el derecho a vivir desde su concepción a la muerte natural.
• ellas dicen que el Estado es el que tiene que educar y no los padres; la Iglesia dice que los padres tienen derecho y el deber de elegir la educación que entiendan más conveniente para el desarrollo integral de sus hijos.
• ellas quieren imponer la ideología de género en la educación, dicen que nacemos neutros. que la sociedad es las que nos «asigna» un sexo al nacer; la Iglesia dice que somos varones y mujeres desde el primer momento de la concepción y que la sexualidad abarca todas las dimensiones de la persona y que tanto lo biológico como lo cultural van moldeando nuestra personalidad.
• ellas dicen que lo único que vale es la autopercepción y que todo el mundo tiene que acatarla; la Iglesia dice que lo que vale es la verdad y el ser de las cosas.
• ellas dicen que el matrimonio es un invento del varón para mantener a la mujer oprimida a su servicio; la Iglesia dice que el matrimonio es una alianza de amor para colaborar juntos en el crecimiento de cada uno, traer hijos al mundo y trabajar por una sociedad mejor.
• ellas dicen que la maternidad esclaviza a la mujer; la Iglesia dice que la maternidad es una vocación excelsa a la que toda mujer está llamada, ya sea maternidad física o espiritual.
• ellas interpretan que, como la Biblia dice que la mujer salió de la costilla de Adán, eso implica subordinación; la Iglesia dice que la mujer, al salir de la carne y no del barro (como Adán), es más sublime, es la interlocutora apropiada del varón, la que puede hablar con él en plano de igualdad, lo que no podía hacer el varón con ninguna otra creatura.
• ellas dicen que el hogar es la arena para la lucha de sexos, donde el varón es el opresor; la Iglesia dice que el hogar está llamado a ser un lugar de colaboración amorosa y complementariedad, y que las heridas en las relaciones fruto del pecado pueden ser reparadas por la gracia de Cristo.
• ellas ven la consecuencia del pecado (violencia, opresión, posesión, narcisismo, ira descontrolada, sometimiento, lujuria, abandono), pero no ofrecen la solución; la Iglesia ve las consecuencias del pecado y ofrece la solución: Cristo, que restaura a cada uno y los vínculos.
• ellas dicen que la familia y el hogar impiden que la mujer acceda a una mayor participación en la vida pública, y, por tanto, hay que eliminarlos; la Iglesia dice que la mujer está llamada a enriquecer todas las dimensiones de la vida, públicas y privadas, con su genio propio, y que los gobiernos deberían trabajar para permitirles participar sin desatender por ello a su familia.
• ellas dicen que la felicidad del Hombre pasa por liberarse de las ataduras de la naturaleza; la Iglesia dice que la felicidad del Hombre pasa por alcanzar su perfección en orden a la cual fue creado (indicada por su naturaleza).
• ellas dicen que la felicidad está en el disfrute irrestricto de todos los placeres; la Iglesia dice que la felicidad está en el amar y ser amado, lo que implica a veces sacrificarse para buscar el bien del ser amado.
• ellas dicen que hay que destruir a la familia y las relaciones familiares porque perpetúan los «estereotipo de género»; la Iglesia dice que la familia es el ámbito natural donde, a través de las relaciones de conyugalidad y filiación, aprendemos a amar desinteresadamente, y a crecer en todas las virtudes, para nuestro bien y el de la sociedad.
• ellas dicen que la religión es la causa principal de opresión de la mujer; la Iglesia dice que Cristo es la Verdad y que la Verdad nos hará libres. Cristo libera al varón y a la mujer de la opresión del pecado. Por el pecado el varón quiere dominar a la mujer y la mujer al varón. Cristo es el que pone las cosas en su orden, restituye cada uno en su ser y sana los vínculos. Nunca ha sido y es la mujer tan respetada y valorada como cuando prima el Evangelio. Cuando desaparece Cristo, reaparece la violencia, la dominación, como pasa en la sociedad actual al descritianizarse la cultura


Intención del día
Oremos para que en nuestro Uruguay se instaure una verdadera cultura de la vida, que respete la vida, la dignidad y la naturaleza de todo ser humano, que nos lleve a una convivencia pacífica y una búsqueda conjunta del bien común.

Oración para todos los días
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén.
San Juan Pablo II
Encíclica Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable
de la Vida Humana.