2 de enero 2018
"Gracias Señor, por este nuevo año que me das. ¿Qué esperas de mi? ¡Aquí estoy, atento a tu palabra!
Los niños y los adultos ya vamos soñando en los Reyes Magos; los niños por los Reyes, y los adultos porque añoramos nuestra niñez.
¡Es que resulta hermoso volver a soñar con sueños de niño!
Llega un rey de barba blanca y otro de barba de trigo;
llega un rey de cara negra: los tres van buscando un Niño.
Montan en tres dromedarios, que por curvas y caminos los llevan en sus jorobas: los tres van buscando un Niño.
Pasan ciudades con torres, donde hay chiquitos dormidos y cruzan campos de sombras: los tres van buscando un Niño.
Vienen de palacios de oro estos tres reyes magníficos, montados en dromedarios: los tres van buscando un Niño.
Este tiene un manto rojo y aquel un manto amarillo, un manto azul el tercero: ya lo encontraron al Niño.
Baltasar le ofrece mirra y Melchor presenta el oro; Gaspar ofrenda el incienso: a los tres sonríe el Niño.
También los adultos debemos ofrecer nuestros obsequios al Señor; pero debemos hacerlo con corazón de niño. "Vieron al Niño con su madre Marìa y postrándose le adoraron; luego abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra" (Mateo 2,11)
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