Vivimos como hipnotizados: Comentario 15 de Noviembre del 2018
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Fuente: Misioneros Servidores de la Palabra,
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
A
la pregunta de los fariseos, Jesús contesta con palabras desconcertantes: “La venida del Reino de Dios no es algo que
todo el mundo pueda ver”. La misma historia se repite constantemente: muchos
son incapaces de ver el Reino de Dios presente entre los hombres, porque sus
ojos están puestos en otras cosas.
Muchos,
lo que hacen mejor es pregonar la estancia del Reino de Dios en lugares que
ellos mismos determinan, pero el Señor es claro cuando dice que no vale la pena
hacer caso a esos mentirosos. Sus afirmaciones son sensacionalistas, y por
medio de ello quieren lograr bienes económicos.
El
Reino de Dios no está solamente entre nosotros, sino también dentro de
nosotros; desde el momento que aceptamos a Cristo en nuestra vida y optamos por
tener, alimentar y transmitir la fe, desde ahí el Reino De Dios comienza a
brillar y a propagarse.
Muchas
veces quedamos como hipnotizados por las cosas exteriores, por el mundo que
aparece; nos seducen el movimiento, las luces, la agitación, los espectáculos,
las diversiones, lo que se mira, lo que se oye, lo que se siente, todo lo de
afuera.
Y
a pesar de eso, de ese vivir extrovertidamente, ese llenarse de todo lo de
afuera, con todo lo ajeno, a pesar de eso y precisamente quizá por eso, el
hombre no está satisfecho de sí mismo, siente la soledad y el vacío.
Sin
embargo, tu interior es tu verdadera casa, lo que propiamente te pertenece, el
lugar al que tu entras con derecho propio. Y el Reino de Dios está dentro de
ti; no lo busques afuera, ni lejos de ti; el Reino de Dios eres tú quien tiene
que instalarlo en el mundo, instaurándolo previamente en tu corazón, en tus
obras, en tu vida.
Por
eso, para los cristianos de hoy, el Reino de Dios está dentro de nosotros, en
medio de nosotros y somos nosotros los que debemos consolidarlo, viviendo de la
fe, la esperanza y la caridad.
Y
es el cristiano quien debe propagar el Reino de Dios en los ambientes en los
que se mueve y actúa, saturando con el evangelio, ordenando según las
directrices del evangelio, preparando para que otros más, puedan recibir el
Reino de Dios en sus corazones. Así, el Reino de Dios está donde se ama, donde
se perdona, donde se reconoce y se convive con el otro, como hermanos.
El
evangelio de hoy nos invita a no vivir hipnotizados por las cosas del mundo,
sino libres, como verdaderos hijos de Dios con un corazón generoso y servicial,
capaz de ofrecer la propia vida por la búsqueda del bien y la paz.
Comentarios
Publicar un comentario