Puedes sanarme
Escucho
“Señor, si tú quieres, puedes curarme. … Lo
quiero, Queda sano”
Reflexiono
¿De qué me tiene que sanar el Señor?
De mis muchos defectos, imperfecciones y
enfermedades espirituales. Necesito que me sane de mi soberbia, de mi orgullo,
de mi envidia y de toda esa secuela que tiene su raíz en estos defectos.
Toda la sociedad está enferma, pero esa
sociedad quizá no sabe que el Señor la puede y la quiere curar. Nosotros, los
cristianos, estamos llamados a anunciarles esta Buena Noticia.
Me examino
Reconozco que a menudo espero del Señor el
milagro de la curación sin poner nada de mi parte, sin poner siquiera la buena
voluntad para evitar los impedimentos que no le permiten al Señor obrar en mí.
Oro
Señor, no me dejes caer en la tentación y
líbrame del mal.
Líbrame de mis pecados capitales y de mis
defectos predominantes.
¡Oh, Espíritu Santo! Sana mi corazón, mis
sentimientos. Líbrame de los sentimientos contrarios la caridad. Quita todo lo que me impide ser
comprensivo con mis hermanos y generoso en la entrega.
Me comprometo
A repetir, con mucha conciencia, esta
petición del Padrenuestro: “Perdona nuestros pecados y no nos dejes caer en la
tentación, más líbranos de todo mal”
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