Jesús nos exige un amor exclusivo e incondicional: Comentario 07 de Noviembre del 2018
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Fuente: Misioneros Servidores de la Palabra,
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
Cuando
Jesús nos hace la invitación para que le sigamos, lo hace fijándose no
solamente en lo que somos, sino pensando en lo que podemos llegar a ser. Lo
único que tenemos que hacer es dejar que Él nos vaya mostrando el camino y que
nos dejemos dar forma. Hay un canto cuya letra dice: “en un vaso nuevo te voy a
transformar, pero en el proceso te voy a hacer llorar…” Justamente, que el
Señor transformará nuestra vida pero si nosotros queremos y le seguimos. Con
razón va a decir Santa Teresita del niño Jesús: “si así tratas a tus amigos,
con razón tienes a tan pocos”. El querer de Jesús para con sus amigos es este: “Y el que no toma su propia cruz y me sigue,
no puede ser mi discípulo” (Lc.14,27).
Él
nos llama y quiere que le sigamos para toda la vida, quiere convertirnos en sus
discípulos, que vivamos con él, que aprendamos de Él, y que nuestro último fin
sea estar con Él. Como bien sabemos, Jesús tuvo que realizar el más grande
sacrificio de todos los tiempos, de una vez y para siempre: entregar su propia
vida en obediencia a Dios y por amor a la humanidad. Él es nuestro Maestro que
nos enseña con sus palabras pero sobre todo con su vida en qué consiste el
verdadero amor.
De
este modo, también nos lanza la invitación a cada uno de nosotros. Nos muestra
la grandeza de su seguimiento, pero también las exigencias que hay que pasar
para llegar a alcanzar eso que nos propone. Es que quien quiera alcanzar algo
grande y duradero en la vida tiene que realizar grandes sacrificios, aquél que
se ha decido apostar por lo que tiene un alto valor tiene que estar consciente
de las renuncias que tendrá que hacer y de los sufrimientos que tendrá que
pasar.
Las
palabras del evangelio de hoy deben ser meditadas constantemente por quien
pretende seguir a Jesús. Pertenecer a un grupo cristiano es lo de menos; eso
todavía es poco para quien quiere hacer una experiencia de seguimiento. Las
exigencias de Jesús parecen exageradas, y no faltan quienes pretenden
minimizarlas lo más posible. Otros más prefieren no detenerse en estas cosas,
quizá por la incomodidad que comportan; para ellos, lo mejor es no meterse en
problemas.
Ciertamente
son palabras duras, pero cuando se viven en el amor, y solo entonces, se
comprenden y se acogen con alegría. Quienes consagran su vida a Dios deben ser
capaces de mostrar a los demás cómo se viven estas exigencias. Si el Señor
llama a amarlo más a Él es porque quiere que el hombre aprenda a amar a los
demás con el amor de Dios. Si quiere que el hombre sea capaz de dejar a un lado
el afán de cosas materiales, es para hacerlo verdaderamente libre.
Por
ello, no es posible seguir a Jesús sin amor. Jesús nos exige un amor exclusivo,
solamente para Él: “amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
mente, con todas tus fuerzas”, pero también nos exige un amor incondicional,
todo para Él y sin reservas, un amor que más tarde tendrá la fuerza de
desbordarse hacia los demás, un amor que se convierte en don, un amor gratuito
que se reparte y comparte.
El
seguimiento de Jesús es para quien está dispuesto a todo tipo de riesgo. No se
puede ser discípulo de Jesús sino se deja todo lo que se tiene, pues de no ser
así, ¿qué lugar ocuparía el Señor en un corazón que tiene muchas posesiones?
Jesús nos propone seguirlo pero con un corazón libre, no puede haber otro dios más.
SEÑOR ,enseñame a tener desapego de las cosas materiales ,para tener un corazon Abierto y recibir TU AMOR
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