El Señor va detrás de sus predicadores: Comentario 18 de Octubre del 2018
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Fuente: Misioneros Servidores de la Palabra,
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
Nuestro Señor y salvador, hermanos muy amados, nos enseña unas veces con sus palabras, otras con sus obras. Sus hechos, en efecto, son normas de conducta, ya que con ellos nos da a entender tácitamente lo que debemos hacer. Manda a sus discípulos a predicar de dos en dos, ya que es doble el precepto de la caridad, a saber, el amor de Dios y el del prójimo.
El Señor envía a los discípulos a predicar de dos en dos, y con ello nos indica sin palabras que el que no tiene caridad para con los demás no puede aceptar, en modo alguno, el ministerio de la predicación.
Con razón se dice que los envió delante de sí por todas las aldeas y lugares que iba a visitar. En efecto, el Señor viene detrás de sus predicadores, ya que, habiendo precedido la predicación, viene entonces el Señor a la morada de nuestro interior, cuando esta ha sido preparada por las palabras de exhortación, que han abierto nuestro espíritu a la verdad. En este sentido, dice Isaías a los predicadores: Preparad el camino del Señor; enderezad las sendas para nuestro Dios.
Escuchemos lo que dice el Señor a los predicadores que envía a sus campos: La mies es mucha, pero los operarios son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Por tanto, para una mies abundante son pocos los trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran tristeza, porque hay que reconocer que, si bien hay personas que desean escuchar cosas buenas, faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas.
Pensad, pues, amados hermanos, pensad bien en lo que dice el evangelio: Rogad al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Rogad también por nosotros, para que nuestro trabajo en bien vuestro sea fructuoso y para que nuestra voz no deje nunca de exhortaros, no sea que, después de haber recibido el ministerio de la predicación, seamos acusados ante el justo Juez por nuestro silencio (San Gregorio Magno).
Se trata de ser, entonces, portadores de la paz para todos. Los riesgos son muchos, y ante ellos se ha de actuar con prudencia, ser como corderos en medio de lobos. El mensaje no siempre será bien recibido: siempre habrá quien se sienta ofendido en sus intereses y buscará defenderlos a costa de lo que sea necesario. Ante esos lobos hay que sacudir el polvo de los zapatos, y continuar caminando: aun así el Reino de Dios está cerca.
En San Lucas evangelista, a quien celebramos hoy, encontramos a un fiel y fidedigno testigo y anunciador del evangelio. Nacido de familia pagana, se convirtió a la fe y acompañó al apóstol Pablo, de cuya predicación es reflejo el evangelio que escribió. Es autor también del libro denominado “Hechos de los Apóstoles”, en el que se narran los orígenes de la vida de la Iglesia hasta la primera prisión de Pablo en Roma.
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