Martirio de San Juan Bautista: Comentario 29 de Agosto del 2018
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Parroquia Santa Marìa de los Ángeles
Muchos
especialistas coinciden en que este relato sirve para advertir sobre la suerte
de Jesús como profeta. El pasaje es contrastante al mostrarnos dos actitudes
encontradas. Por un lado Juan Bautista, el cual permanece firme en su posición
profética, a pesar de la cárcel y la muerte; por otro Herodes, un tipo esclavo
de sus pasiones y de la mujer que no debió tener. La gran diferencia la marcan
los ambientes de donde proceden; Juan Bautista viene del desierto, forjado por
la austeridad de la región; Herodes es un hombre de palacio, dado a la
satisfacción y a los excesos propios de ambientes cortesanos. Así se comprende
que existan hombres de carácter y principios, y hombres impulsivos, que
influyen con su conducta en la sociedad; para bien o para mal.
Así,
en este día recordamos el martirio de San Juan Bautista, donde constatamos que
la violencia es vencida por el amor; la muerte por la vida. La Iglesia ve en el
sacrificio de los mártires su nacimiento al cielo. Celebremos hoy, por lo
tanto, el <<nacimiento>> de San Juan Bautista que brota en profundidad de la muerte y
resurrección de Jesucristo. Jesús transforma la muerte de quienes le aman en
aurora de vida nueva.
<< Cristo, en efecto, dice: yo soy la verdad;
por consiguiente, si Juan derramó su sangre por la verdad, la derramó por
Cristo; y él que precedió a Cristo en su nacimiento, en su predicación y en su
bautismo, anunció también con su martirio, anterior al de Cristo, la pasión
futura del Señor.
Este hombre tan eximio terminó, pues, su vida
derramando su sangre, después de un penoso y largo cautiverio. Él que había
evangelizado la libertad de una paz que viene de arriba, fue encarcelado por
unos hombres malvados; fue encerrado en la obscuridad de un calabozo aquel que
vino a dar testimonio de la luz y a quien Cristo, la luz en persona, dio el
título de <<lámpara que arde y que ilumina>>; fue bautizado en su
propia sangre aquel a quien fue dado bautizar al Redentor del mundo, oír la voz
del Padre que resonaba sobre Cristo y ver la gracia del Espíritu Santo que
descendía sobre él. Más a él, todos aquellos tormentos temporales no le
resultaban penosos, sino más bien leves y agradables, ya que los sufría por
causa de la verdad y sabía que habían de merecerle un premio y un gozo sin
fin>> (San Beda el venerable).
En el martirio de San Juan Bautista se reproduce la misma confrontación entre el
bien y el mal, entre el odio y el perdón, entre la mansedumbre y la violencia,
que tuvo su culmen en la cruz de Cristo. El martirio del Bautista, nos recuerda
que la salvación divina implica la lucha con el pecado, que pasa a través de la
puerta estrecha de la cruz. Este es el camino que Jesús indicó a sus
discípulos, como atestigua el evangelio: <<Todo
el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme
hasta el fin, se salvará>> (Mt. 10,22).
Por
ello hoy rezamos de modo especial por los cristianos que sufren
discriminaciones a causa del testimonio dado por Cristo y el evangelio. Estamos
cercanos a estos hermanos y hermanas que, como San Juan Bautista, son acusados
injustamente y convertidos en objetos de violencias de todo tipo.
Lamentablemente, es más grande hoy, el número de mártires que en los primeros
tiempos de la Iglesia, especialmente, sucede allí donde la libertad religiosa
aún no está garantizada o no se realiza plenamente. Sin embargo, sucede que en
países y ambientes que en papel tutelan la libertad y los derechos humanos,
pero donde, de hecho, los creyentes, y especialmente los cristianos, encuentran
limitaciones y discriminaciones.
Para
el cristiano esto no sorprende, porque Jesús lo anunció como ocasión propicia
para dar testimonio. Sin embargo, a nivel civil, la injusticia se debe
denunciar y eliminar. Que María reina de los mártires, nos ayude a vivir con
ese ardor la de fe y amor que resplandece en San Juan Bautista y en todos los
mártires de la Iglesia.
AMÉN!
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