Con una sonrisa.

Santísima Virgen.  En medio de las penalidades del mundo presente, son muchas las almas que están entristecidas, angustiadas y deprimidas. Entonces ¿por qué no regalar una sonrisa a quien necesita de ella? Efectivamente tenemos que ser más comunicativos y alegres con nuestros prójimos, especialmente con nuestros familiares, que a veces es con quienes más nos cuesta sonreír. Hagamos el propósito a partir de hoy mismo de sonreír a nuestros seres queridos, amigos y a todos, porque si pensamos que Dios nos ama, que el Cielo nos espera, y que tenemos un Padre bueno en el Cielo que cuida del más mínimo detalle de nuestras vidas y de las vidas de aquellos que amamos, necesariamente brotará la alegría en nuestro corazón, y podremos mostrar una sonrisa a quien necesita de ella para recuperar la alegría de vivir, para estar menos triste, y en definitiva para saberse amado por nosotros. A veces nos costará sonreír, pues la vida no nos escatima pruebas y dolores; pero imitemos a la Virgen que incluso le sonrió a su Hijo al encontrarlo en el camino al Calvario, para darle fuerzas. Y pensemos ¡qué difícil le habrá sido a María la sonrisa en aquel momento! Hagamos también nosotros otro tanto, y aunque la vida nos golpee, no dejemos de sonreír a nuestros hermanos, para hacerles la vida más alegre y apacible, porque una sonrisa sincera aplaca los rencores y odios, y trae la paz a las mentes y corazones. No es poca cosa el apostolado de la sonrisa y de la buena cara, porque con todos los problemas que tenemos a diario, ¿encima sonreír? ¡Sí! Tenemos que saber sonreír, porque Dios nos ama, y a pesar de todo, el Bien triunfará sobre el mal. Hagamos más fácil y llevadera la vida de los que conviven con nosotros mostrándoles una sonrisa oportuna y cotidiana, y veremos cómo va cambiando el mundo a nuestro alrededor y vamos siendo instrumentos de paz en medio de la tristeza del mundo presente. Una sonrisa es distinta de la carcajada y de la risa histérica. Es simplemente sonreír en el momento oportuno, aunque nos cueste, y así iremos ganando la confianza de nuestros hermanos y haremos más llevadera la vida para nosotros y para los demás.