¿Cómo no cuestionarse?: Comentario 26 de Julio del 2018
Autor: Padre Manuel de Jesús de los Santos
Hoy en el evangelio encontramos claramente una advertencia de parte de Jesús: <<Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán. Porque el corazón de éste pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los sane>>.
Quizá
muchos prefieren no pensar que vivimos en un mundo que va desmoronándose a
causa de tanta maldad, que encierra a los hombres en su egoísmo devorador de
los demás. Lo que más importa hoy es gozar, poseer, dominar, sin preocuparse de
la vida de los que están cerca y lejos de nosotros.
El
imperio de las drogas que produce riquezas económicas incalculables, es una
prueba de que lo que importa es ganar dinero a costa de la vida de millones de
personas. La construcción de todo tipo de armas, que ayudan a la economía
nacional de los países más ricos, son instrumentos terribles de violencia y muerte
que están enlutando a millones de familias.
Las
guerras, que no terminan de brotar en muchas regiones, son fruto del egoísmo y
embrutecimiento de los mandatarios, que no han entendido que con la guerra
todos pierden, y con la paz todos salen ganando. Las injusticias sociales, que
han hecho de este mundo una selva en donde el animal más fuerte acaba con el
más débil, constituyen una ofensa a la inteligencia humana, incapaz de
compartir los bienes que necesitamos todos los hombres.
Esos
lujosos hospitales, en donde se mueven millones de dólares al día, más que un
orgullo de la inteligencia, manifiestan un vivo contraste con los pocos centros
de salud, que no pueden atender las enfermedades más comunes por falta de
medicinas, condenando injustamente a la muerte a millones de personas.
Estos
y muchos más son los motivos que causan el derrumbe de la humanidad. Todos nos
damos cuenta de cómo hoy la vida está en constante peligro de acabarse: los
asaltos, los secuestros, el hambre, la soledad, los suicidios, las locuras, el
aumento de personas deprimidas, el odio, la venganza, y muchos otros motivos,
anuncian tiempos más difíciles y destructivos.
A
todo esto hay que añadir el creciente número de sismos y tsunamis que, sin
duda, tienen explicaciones naturales y que merecen también una interpretación
religiosa. Antiguamente todo movimiento natural se leía como expresión de la
voluntad de Dios. Hoy, se pasa al extremo opuesto y <<todo tiene una
explicación científica>>. En eventos tan influyentes en la vida de la humanidad,
¿es de ingenuos hacer una lectura sobrenatural? ¿A caso Dios no puede servirse
de acontecimientos naturales para premiar, por ejemplo, con una buena cosecha,
o para desaprobar la maldad de los hombres?
Tantos
terremotos, incendios, desequilibrios atmosféricos, inundaciones y
destrucciones de poblaciones en algunas partes del mundo, ¿no tienen que
cuestionarnos para mejorar nuestra vida privada –personal y comunitaria? De lo
contrario, ¿qué necesitamos para buscar mejores soluciones a esta vida que va
de pique en muchas personas? No podemos seguir insensibles al contemplar que el
10% de la población mundial (700 millones) está deprimida, sufriendo como una
pesadilla el vivir. Una insensibilidad ante este cuadro, que huele a muerte,
manifiesta falta de razón y abundancia de locura.
Que
todos los bien pensantes (que no buscan enriquecerse o crecer a expensas de los
demás) busquemos bajo la luz del Señor, posibles soluciones a los múltiples
problemas que amargan y destruyen la vida de millones de personas.
Que
Jesús se alegre diciéndonos a cada uno de nosotros: <<Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices
sus oídos, porque oyen>>. Hagámosle caso a Jesús, aceptemos su
mensaje de amor.
(Comentario
realizado por el Pbro. Luigi Butera Vullo, fundador de los Misioneros
Servidores de la Palabra).
Comentarios
Publicar un comentario