CÓMO NEGARSE A SÍ MISMO
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“Yo, empero, cuando ellos estuvieron enfermos, me vestí de saco, afligiendo con el ayuno mi alma, y repetía en mi pecho las plegarias”. Salmo 35 (Vg34), 13.
Por The Catholic Herald. 25 de febrero de 2020.
Durante la Cuaresma, se insta a los católicos a orar, a hacer caridad y ayunar. Los fieles también “abandonan” las cosas cuando se unen con la abnegación de Nuestro Señor en el desierto antes de su triunfo sobre Satanás. La Cuaresma debe ser un momento de éxito, pero a menudo puede terminar en un fracaso cuando las buenas intenciones sucumben a la debilidad humana, ya que la barrera de la abnegación, de la negación a sí mismo, se establece de forma insosteniblemente alta.
Sin embargo, todos los atletas saben que el “estilo de vida” es importante cuando se hacen sacrificios para obtener un bien superior. Lo más importante durante este tiempo es abandonar el pecado en lugar de, digamos, el azúcar en el café. La abnegación, o el negarse a sí mismo, con oración y caridad, se ayuda a lograrlo, pero se practica mejor a través de actos de a cada hora, de decir “no” a las cosas pequeñas y grandes, de purificar la voluntad y conformarla a la del Padre, como Jesús nos pide que hagamos.
Este es el camino del atleta – un estilo de vida disciplinado de auto negación constante y sostenible que produce éxito. Esto nos hace discípulos.
Si, para Semana Santa, has observado y guardado bien la Cuaresma, entonces se recomienda la auto mortificación en unión con la Pasión de Nuestro Señor. Los santos no fueron mesurados a este respecto; piensa en la camisa con pelos de animal usada por Santo Tomás Moro, o a San Francisco de Asís rodando desnudo sobre las ortigas.
El mes de abril podría ser lo suficientemente caluroso para esto último, pero aun así podría no ser recomendable.
[Traducción de Dominus Est. Artículo original]
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