Imitación de Cristo, Capítulo XVII - Tomás de Kempis
(Todos los días se irán agregando uno o dos capítulos, para que la lectura pueda ser meditada despacio y con atención)
De la vida monástica
1. Conviene que aprendas a vencerte a ti mismo en muchas cosas, si quieres tener paz y concordia con los demás. No es pequeña cosa morar en los monasterios y congregaciones, y allí vivir sin quejas y perseverar fielmente hasta la muerte. Bienaventurado es el que vive allí bien y acaba felizmente. Si quieres vivir y aprovechar, conviene que te consideres como desterrado y peregrino sobre la tierra. (Ad Haebr XI, 13) Si quieres seguir la vida religiosa conviene hacerte simple por Jesucristo (I ad Cor IV, 10)
2. No hacen al hombre verdadero religioso ni el hábito ni la corona, sino la mudanza de las costumbres y la entera mortificación de las pasiones. El que busca algo fuera de Dios y la salvación de su alma, no hallará sino tribulación y dolor. Además que no puede estar mucho tiempo en paz el que no se esfuerza en ser el menor y el más sujeto a todos.
3. Viniste a servir y no a mandar; persuádete que fuiste llamado para trabajar y padecer, no para estar ocioso y charlar. Así, pues, aquí si prueban los hombres como el oro en el crisol (Sap. III, 6) Aquí no puede perseverar ninguno que no quiera de todo corazón humillarse por Dios.
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