Imitación de Cristo - Tomás de Kempis, capítulo VIII
(Todos los días se irán agregando uno o dos capítulos, para que la lectura pueda ser meditada despacio y con atención)
Como se debe evitar a demasiada familiaridad
1. No reveles a cualquiera tus secretos (Eccli VIII, 22), ni confíes tus asuntos sino a personas prudentes y temerosas de Dios. Trata poco con jóvenes y desconocidos. No adules a los ricos, ni frecuentes mucho la compañía de los magnates. acompáñate de gente humilde, sencilla, devota y morigerada,y conversa con ellos de materia edificante. No trabes amistad con ninguna mujer, sino encomienda a Dios en general todas las buenas. Desea ser familiar a solo Dios y a sus ángeles y evita en lo posible tratar con los hombres.
2. Debes amar a todos, pero no te conviene ser amigo de todos. Porque sucede a menudo que una persona famosa es muy admirada mientras nos es desconocida, pero apenas la conocemos personamente, nos desilusiona. Pensamos a veces agradar a los demás con nuestro trato, y resulta que entonces les disgustamos más por los defectos que en nosotros descubren.
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