El Niño y el Carmelo
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La devoción a la Milagrosa Imagen del Niño Jesús de Praga, es el resultado del amor a la sencillez y a las virtudes del Santo Niño
Por: María Pilar Mijares Bejerano | Fuente: Archicofrad?del Ni?es?e Praga de C?z (Espa?
Por: María Pilar Mijares Bejerano | Fuente: Archicofrad?del Ni?es?e Praga de C?z (Espa?
Tradicionalmente en el Carmelo Teresiano se ha tenido una especial devoción a la Santa Infancia de Jesús, y esta devoción se puede ver concretada en acontecimientos particulares que sucedieron a los santos padres de la Orden, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Luego a lo largo de los siglos, sus hijos e hijas de todo el mundo han continuado expresando y manifestando esta especial devoción a este Misterio de la Vida de Jesús, que fue su Infancia. De hecho la devoción a la Milagrosa Imagen del Niño Jesús de Praga, no es más que el resultado de esta historia de amor a la sencillez y a las virtudes del Santo Niño.
Santa Teresa de Jesús
Se cuenta que Santa Teresa de Jesús, yendo un día por las escaleras del Monasterio de la Encarnación en Avila, se tropezó con un hermoso Niño. Sorprendida por ver un niño dentro de la clausura monacal, se dirigió a él preguntándole:- ¿Y tú quién eres?. El niño le replicó a su vez con otra pregunta: -¿Y quién eres tú?. La madre respondió: -Yo, Teresa de Jesús. Y el niño sonriente le repuso: -Pués yo soy, Jesús de Teresa.
San Juan de la Cruz
En el museo del convento de los padres carmelitas descalzos de Ubeda (Jaén-España) se conserva esta hermosa imagen del Niño Jesús, con la que se cuenta bailó San Juan de la Cruz en una nochebuena, y enfervorizado ante la imagen de Jesús niño exclamó : - ¡Si amores me han de matar, ahora tengan lugar!
Santa Teresita del Niño Jesús
Santa Teresita del Niño Jesús rezaba diariamente ante esta imagen del Niño Jesús de Praga de su convento de Lisieux (Francia).
"Oh pequeño niño, mi único tesoro, tú te me muestras todo radiante de Amor. Yo me abandono a Tí. Oh Jesús, mi pequeño hermano, no quiero otra alegría que la de agradarte. Mi pequeño Rey, imprime en mi las virtudes de tu infancia".
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
Imagen del Niño Jesús de Praga del coro del monasterio de carmelitas descalzas de Colonia (Alemania). En él reconocía Edith Stein un signo de veneración a la Santa infancia del Señor : "No sólo tiene poder salvador la pasión y muerte de Cristo, sino toda su vida. Su asunción del destino humano: también su infancia, su juventud, su encuentro con los hombres, su rezar por la liturgia del pueblo judío, su íntimo hablar con el padre del cielo, todo esto aconteció por nosotros, para nuestra salvación".
Santa Teresa de Jesús
Se cuenta que Santa Teresa de Jesús, yendo un día por las escaleras del Monasterio de la Encarnación en Avila, se tropezó con un hermoso Niño. Sorprendida por ver un niño dentro de la clausura monacal, se dirigió a él preguntándole:- ¿Y tú quién eres?. El niño le replicó a su vez con otra pregunta: -¿Y quién eres tú?. La madre respondió: -Yo, Teresa de Jesús. Y el niño sonriente le repuso: -Pués yo soy, Jesús de Teresa.
San Juan de la Cruz
En el museo del convento de los padres carmelitas descalzos de Ubeda (Jaén-España) se conserva esta hermosa imagen del Niño Jesús, con la que se cuenta bailó San Juan de la Cruz en una nochebuena, y enfervorizado ante la imagen de Jesús niño exclamó : - ¡Si amores me han de matar, ahora tengan lugar!
Santa Teresita del Niño Jesús
Santa Teresita del Niño Jesús rezaba diariamente ante esta imagen del Niño Jesús de Praga de su convento de Lisieux (Francia).
"Oh pequeño niño, mi único tesoro, tú te me muestras todo radiante de Amor. Yo me abandono a Tí. Oh Jesús, mi pequeño hermano, no quiero otra alegría que la de agradarte. Mi pequeño Rey, imprime en mi las virtudes de tu infancia".
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
Imagen del Niño Jesús de Praga del coro del monasterio de carmelitas descalzas de Colonia (Alemania). En él reconocía Edith Stein un signo de veneración a la Santa infancia del Señor : "No sólo tiene poder salvador la pasión y muerte de Cristo, sino toda su vida. Su asunción del destino humano: también su infancia, su juventud, su encuentro con los hombres, su rezar por la liturgia del pueblo judío, su íntimo hablar con el padre del cielo, todo esto aconteció por nosotros, para nuestra salvación".
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