Discípulos de Emaús
El camino de Emaús significa mirara fondo nuestra realidad, tomarnos el pulso a nivel personal y comunitario, ponerle nombre a nuestras decepciones actuales y a nuestras preguntas, no para insitarnos en la queja y en el esceptcismo sino para dejarnos acompañar por aquel que siempre tienen una Palabra de Luz y de Visa; una Palabra que calienta el corazón y lo hace arder.
Junto con la Palabra, el gesto del amor que la traduce y permite el reconocimiento del Resucitado: el pan bendecido,partido y compartido que no es sino la vida que se bendice y se abraza, se parte y se entrega a los demás.
Para poder ser testigos de este gesto que les va a abrir los ojos, permitiéndoles recuperar el sentido, la esperanza, la alegría, la ilusión, y la posibiliad de andar el camino de vuelta a la comunidad, los descípulos han tenido que realizar, a su vez, un pequeño gesto de hospitalidad, de abrir las puertas de su vida y de su casa al extraño, al que ha caminado con ellos.
Debemos ser capaces de cultivar el encuentro, que pasa por la escucha y el diálogo paciente; escucharnos entre nosotros y escuchar la Palabra que ilumina y orienta las nuestras.
Cultivar también la hospitalidad de corazón con aquellos que van compartiendo camino con nosotros o que quieren hacerlo
Sólo entonces le reconoceremos y nuestro corazón, siempre inquieto pero a veces desorientado y perdido, recobrará la alegría y la pasión por la vida.
Hermanos, Dios nos bendice.
Seamos Iconos
Padre Manuel de Jesus
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