El miedo de ser yo misma
Aleteia
Prosa e Poesia | Jun 07, 2019
Todos tenemos nuestros monstruos en el armario, seres gigantes que aparecen en los momentos más sombríos, más vulnerables
Tengo miedo.
Es una forma diferente de empezar un texto, ¿verdad? Pero ha sido la forma más honrada que he encontrado.
Todos tenemos miedos. Todos tienen sus propios monstruos de armario, seres gigantes que aparecen en los momentos más sombríos, más vulnerables.
El mío es muy frecuente, mucho más de lo que me gustaría.
¿Sabe cuál es mi miedo?
Tengo miedo de que no me acepten. Miedo de que a la gente no le guste mi manera de ser.
Puede parecer extraño para algunos, idiota para otros, impensable para la mayoría. Alguien quizás se sienta igual que yo. No sé lo que sucede en otros corazones, pero sé lo que hace que el mío lata y se pare.
Siento que si un día soy honrada con alguien, ya no le gustaré. Se apartará en cuanto vea quien soy realmente; huirá lo más lejos posible de mi.
Siento que si verbalizo mis pasiones, seré ridiculizada. Que si cuento lo que pasa por mis pensamientos, seré juzgada, castigada. Si me acerco a un amigo lo suficiente como para que empiece a conocerme, una parte de mí tiene la certeza de que huirá a la primera oportunidad.
Y volveré a quedarme sola.
Me imagino que si cuento algo de mi pasado seré condenada. Si comparto mis mayores sueños, seré ignorada. Cuando muestre mis inseguridades, seré apartada. ¿Alguien sería capaz de acercarse a una persona llena de grietas? ¿No esperan más bien una mujer entera, sin tantos fragmentos guardados en su alma?
¿Qué sucedería si yo fuese realmente yo?
¿Alguien se quedaría a mi lado?
Y si los demás se fueran, ¿valdría la pena seguir firme?
Es lo que me pregunto cada vez que pienso en pasar página y escribir mi nuevo capítulo. Siempre dudo en la misma parte.
¿Permanecer en la seguridad de una mentira o proseguir en la inseguridad de la verdad?
¿Dejarlo todo como está o arriesgar y vivir mi propia vida?
¿Permanecer en ese terreno de paredes de vidrio falsas o saltar rumbo a lo desconocido, a la profundidad de mi propia alma?
Estoy mirando por ese precipicio ahora, mientras escribo estas palabras. Observando, buscando, pensando.
No sé cómo será.
Pero la única manera de saberlo es intentarlo, ¿verdad?
Y estoy cansada de mentiras.
(via Prosa e Poesia)
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